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QUINTO CUADERNOS DE ECOLOGÍA POLÍTICA - PARTE 3 - DEGRADACIÓN Y PÉRDIDA DE LA DIVERSIDAD BIOLÓGICA

Degradación y pérdida de la diversidad biológica

 


Resumen de la Parte 3 del Volumen V

La Parte 3 del quinto volumen de los cuadernos analiza los procesos de degradación y pérdida de los componentes de la diversidad biológica. El texto explica cómo la superideología productivista y los modelos económicos que inspira, está devastando la biodiversidad a un ritmo alarmante. Se citan estudios que demuestran que las tasas de extinción actuales superan ampliamente las tasas naturales y se resalta que compartimos el planeta con muchas menos formas de vida silvestre que hace apenas un siglo. Además, se advierte que, en vastas regiones del mundo, la fauna y la flora están sufriendo un proceso acelerado de homogeneización. Finalmente, se hace un llamado a la acción, subrayando la urgencia de un cambio de rumbo para evitar un colapso ecológico con consecuencias devastadoras para las generaciones futuras.

 

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Definición de Biodiversidad

En los últimos tiempos, ha surgido una creciente conciencia sobre la importancia de conservar los recursos naturales y sobre lo erróneo de considerar a la naturaleza como una fuente inagotable de recursos y un sumidero ilimitado para los desechos del desarrollo y consumo humanos.

Esta reflexión ha profundizado el concepto de biodiversidad. Aun cuando cotidianamente interactuamos con los componentes de la diversidad biológica, el término biodiversidad se ha mantenido como algo inasible para la mayor parte de la gente, que no comprende su significado, su importancia y las consecuencias de su degradación y pérdida. No se llega a advertir que biodiversidad es un concepto, una idea que intenta resumirse en un término y que nos remite al universo de la complejidad, de los equilibrios y de los límites. Es un concepto que, frente a la dominación, antepone la interrelación mutua, la reciprocidad entre los seres humanos y el resto de la naturaleza.

La biodiversidad, esencial en todos los niveles de la vida, se manifiesta en la capacidad de los sistemas vivos para ser diversos, lo cual asegura su adaptación y continuidad frente a los cambios ambientales.

El término "biodiversidad", según Otto Solbrig, proviene de la contracción del inglés "biological diversity" y se refiere a la característica de los seres vivos de componerse de unidades diferentes. Así, la diversidad biológica se entiende como una cualidad, no un sustantivo, aplicable a todos los niveles de vida.

En el informe de 1992 del Instituto Worldwatch, Ryan define la biodiversidad como “la variedad total de la vida en la Tierra”, una riqueza que es compleja y valiosa más allá de toda medida. Sedjo, en el mismo año, destacó algunos beneficios claves de la biodiversidad: es fuente de compuestos naturales útiles, proporciona inspiración para la síntesis de nuevos compuestos y aporta genes valiosos para la mejora genética y las biotecnologías.

Finalmente, se habla de la biodiversidad en términos genéticos, ecológicos y paisajísticos, lo que invita a reflexionar: ¿Cuál es su función en los seres vivos? ¿Cuál es su relevancia para la humanidad? ¿Es importante conservarla?

Importancia

La biodiversidad contribuye a la estabilidad y resiliencia de los ecosistemas. Cada especie desempeña un papel único en su entorno, y la interacción entre distintas especies ayuda a mantener procesos como la polinización, la descomposición de materia orgánica, el ciclo del agua y la regulación del clima. Una alta diversidad biológica permite que los ecosistemas se adapten mejor a cambios y perturbaciones, como sequías, enfermedades o incendios.

Los componentes de la biodiversidad son fuente directa de recursos esenciales para los seres humanos. Aporta alimentos, medicinas, materiales de construcción, y fibras textiles, y permite el desarrollo de nuevos productos y tecnologías. Muchas medicinas provienen de compuestos encontrados en plantas, hongos y animales, y la agricultura depende de la diversidad genética para desarrollar cultivos resistentes a plagas y enfermedades.

La diversidad biológica sostiene servicios que son indispensables para el bienestar humano, como el suministro de agua limpia, la fertilidad del suelo y la regulación de la calidad del aire. Estos servicios son especialmente importantes para la agricultura, la ganadería y las actividades pesqueras, todas dependientes de un entorno saludable.

Los ecosistemas ricos en biodiversidad, como los bosques tropicales y los océanos, actúan como sumideros de carbono, absorbiendo dióxido de carbono y ayudando a mitigar el cambio climático. La pérdida de biodiversidad, en cambio, puede acelerar el calentamiento global, al reducir la capacidad de los ecosistemas para absorber gases de efecto invernadero.

La biodiversidad tiene un valor cultural y espiritual importante para muchas comunidades alrededor del mundo. Muchas culturas y tradiciones se basan en el respeto y la convivencia con la naturaleza, y cada especie contribuye a la identidad cultural de las personas.

Una mayor diversidad genética y de especies permite que los ecosistemas y los cultivos tengan más opciones para adaptarse a los cambios en las condiciones climáticas. La conservación de variedades genéticas es esencial para la producción agrícola, que se verá afectada por climas extremos y el cambio de patrones meteorológicos.

Al garantizar ecosistemas sanos, la biodiversidad también asegura la supervivencia de las poblaciones humanas, especialmente de las comunidades rurales e indígenas que dependen directamente de la naturaleza para su sustento. La pérdida de biodiversidad puede llevar a un colapso de sistemas que son vitales para el bienestar y la economía humana.

Como vemos, la protección de la biodiversidad no es solo una cuestión de conservación, sino también de sostenibilidad y justicia ambiental para las generaciones presentes y futuras.

Amenazas para la diversidad biológica

La destrucción de hábitats naturales, principalmente debido a la expansión agrícola, urbanización, minería y construcción de infraestructura, es una de las mayores causas de pérdida de biodiversidad. La fragmentación de hábitats, al dividir ecosistemas en pequeñas partes aisladas, limita la movilidad de las especies y reduce sus poblaciones, lo cual disminuye la diversidad genética y aumenta el riesgo de extinción.

Los impactos del cambio climático global como el aumento de las temperaturas, la alteración de los patrones de lluvia y el incremento de fenómenos climáticos extremos afectan directamente a los ecosistemas y las especies. Muchos hábitats naturales se ven forzados a desplazarse o reducirse, y algunas especies no logran adaptarse a estos cambios rápidos, lo que las lleva al riesgo de extinción. Los cambios en el clima también afectan los ciclos de vida, las migraciones y las interacciones entre especies.

La contaminación del agua, el suelo y el aire por productos químicos, plásticos y residuos industriales afecta negativamente a la biodiversidad. Las sustancias tóxicas, como pesticidas, fertilizantes y metales pesados, contaminan los hábitats y envenenan a plantas y animales, alterando los ecosistemas. La contaminación por plásticos es particularmente grave en los océanos, afectando a numerosas especies marinas.

La sobreexplotación de especies para alimentación, medicina, comercio de mascotas, madera y otros recursos reduce rápidamente las poblaciones de especies. La pesca excesiva, la caza furtiva, la tala de árboles y el tráfico de especies amenazadas impactan negativamente en la biodiversidad y en el equilibrio de los ecosistemas.

La introducción de especies exóticas en ecosistemas donde no tienen depredadores naturales puede causar daños a la biodiversidad. Estas especies invasoras compiten con las nativas por recursos, desplazan o depredan especies locales y alteran los equilibrios ecológicos. Además, pueden llevar consigo enfermedades que afecten a las poblaciones nativas.

La reducción de la diversidad genética es una amenaza crítica para la supervivencia a largo plazo de las especies, ya que limita su capacidad de adaptación a cambios ambientales y de resistir enfermedades. Esta pérdida es consecuencia de la fragmentación de hábitats, la caza y la sobreexplotación de especies, que disminuyen el tamaño de las poblaciones y llevan a la endogamia.

Las prácticas agrícolas y ganaderas intensivas que implican el monocultivo y el uso de pesticidas, fertilizantes y herbicidas afectan la biodiversidad. Estos químicos destruyen especies locales, disminuyen la fertilidad del suelo y contaminan el agua. El monocultivo reduce la diversidad genética de las plantas cultivadas y aumenta la vulnerabilidad de los ecosistemas agrícolas frente a plagas y enfermedades.

La expansión de ciudades y áreas industriales consume hábitats naturales, los degrada y fragmenta, creando “islas de biodiversidad” aisladas. Además, el desarrollo industrial genera residuos que contaminan los suelos, el agua y el aire, perjudicando directamente a las especies y a la calidad de los ecosistemas.

La absorción de dióxido de carbono en los océanos causa su acidificación, lo que afecta gravemente a los ecosistemas marinos, especialmente a los arrecifes de coral y a las especies que dependen de ellos. La acidificación disminuye la capacidad de los corales, moluscos y crustáceos para formar sus conchas y estructuras, afectando toda la cadena trófica marina.

La conversión de tierras naturales en agrícolas, pastizales o áreas urbanas provoca la deforestación y altera los ecosistemas originales. La pérdida de bosques, en particular, impacta enormemente la biodiversidad, ya que los bosques tropicales, por ejemplo, albergan una gran parte de la biodiversidad terrestre del planeta.

La pérdida de insectos polinizadores, como las abejas, causada por el uso intensivo de pesticidas y el cambio climático, afecta directamente a la reproducción de muchas plantas y cultivos. Esto pone en riesgo no solo la biodiversidad vegetal, sino también la producción de alimentos a nivel global.

Estas amenazas están profundamente interconectadas y suelen amplificarse entre sí, generando efectos acumulativos y poniendo en riesgo el equilibrio de los ecosistemas a nivel mundial. La conservación de la biodiversidad requiere abordar estas amenazas de manera integral, promoviendo políticas que protejan los ecosistemas naturales, reduzcan el impacto humano y favorezcan la sostenibilidad.


 

IPBES

La Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas es un organismo intergubernamental independiente creado en abril de 2012 con el objetivo de evaluar el estado de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos para la conservación y uso sostenible de la diversidad biológica. Su misión principal es brindar a los responsables de políticas información científica objetiva y actualizada sobre el estado de la biodiversidad, los ecosistemas y los beneficios que la naturaleza proporciona a la humanidad. Establecida en 2012 y con más de 130 países miembros, la IPBES genera evaluaciones globales y regionales sobre el deterioro de la biodiversidad y cómo afecta a la sociedad, proponiendo herramientas y métodos para proteger y usar sosteniblemente estos recursos vitales.

Entre sus informes más destacados se encuentran los relacionados con la biodiversidad global, los servicios ecosistémicos y las amenazas que afectan a la naturaleza, como el cambio de uso de suelo, la contaminación y la crisis climática. Además, aborda temas como los valores sociales de la biodiversidad, la relación entre biodiversidad y bienestar humano, y fomenta el reconocimiento de los conocimientos de comunidades indígenas y locales para una gestión inclusiva de la naturaleza​

El último informe de la IPBES, titulado Values Assessment, de julio de 2022 evalúa cómo los valores predominantes en la toma de decisiones afectan a la biodiversidad y proponen formas de integración de una diversidad de valores en las políticas. El informe advierte que decisiones basadas principalmente en valores de mercado están contribuyendo a la crisis de biodiversidad global.

El estudio subraya la importancia de incorporar valores culturales, sociales y de bienestar en las decisiones sobre el uso de la naturaleza, promoviendo un enfoque multidimensional que abarca valores intrínsecos, instrumentales y relacionales. También identifica puntos clave para una transición hacia un futuro más sostenible y justo, entre los que destacan reconocer la diversidad de valores de la naturaleza y reformar las políticas para internalizar estos valores. Además, se enfatiza la necesidad de cambiar normas y metas sociales para alinear el desarrollo con los objetivos de sostenibilidad global, y se ofrece una guía detallada para fortalecer la inclusión de estos valores en la toma de decisiones.

Los mensajes principales del informe de la IPBES destacan el deterioro de la naturaleza y la necesidad de cambios transformadores para lograr la sostenibilidad advirtiendo que las estrategias evolutivas humanas, basadas en la homogeneidad en lugar de la diversidad, están conduciendo a una sexta extinción masiva con consecuencias potencialmente devastadoras.

Evidencias de la Sexta Extinción Masiva



Muchos científicos y expertos en ecología coinciden en que estamos viviendo lo que se podría considerar la sexta extinción en masa. A diferencia de las cinco anteriores, este episodio está impulsado por cambios rápidos en el ambiente generados por el ser humano, como: La deforestación, la expansión agrícola y la urbanización que están destruyendo ecosistemas enteros, desde bosques tropicales hasta arrecifes de coral. Las emisiones de gases de efecto invernadero que están alterando patrones climáticos, afectando la disponibilidad de agua, la temperatura y el hábitat de numerosas especies. La pesca excesiva, la caza furtiva y la explotación de recursos naturales están llevando a muchas especies al borde de la extinción. El plástico, los productos químicos industriales y los desechos agrícolas contaminan el agua, el suelo y el aire, afectando la biodiversidad en todos los niveles. La introducción de especies no autóctonas desplaza y reemplaza a las locales, afectando gravemente los ecosistemas.

Este conjunto de impactos ha conducido a tasas de extinción alarmantemente altas: se estima que es entre 100 y 1,000 veces mayor que la tasa natural de extinción. El impacto de la sexta extinción podría provocar una crisis ambiental con profundas implicancias sociales y económicas si no se toman medidas urgentes para proteger la biodiversidad y restaurar los ecosistemas dañados.

Entre los científicos que han advertido y advierten sobre la gravedad de la situación podemos mencionar a Edward O. Wilson, biólogo y naturalista, conocido por su trabajo sobre la biodiversidad y la biogeografía, quien advirtió que la pérdida de especies podría alcanzar hasta la mitad de la biodiversidad en el siglo XXI. Sus estudios han sido fundamentales para entender la importancia de conservar los ecosistemas.

Elizabeth Kolbert, autora de La Sexta Extinción, libro galardonado con el Premio Pulitzer, analiza los cambios ecológicos provocados por el ser humano y cómo están impulsando esta nueva era de extinción. Su obra ha sido influyente en sensibilizar al público sobre este tema.

Stuart Pimm, ecólogo especializado en conservación ha investigado extensivamente las tasas de extinción y el impacto de la actividad humana sobre la biodiversidad. Es conocido por su trabajo en la preservación de la biodiversidad y su liderazgo en programas de restauración de hábitats.

Johan Rockström, científico ambiental sueco, es conocido por desarrollar el concepto de "límites planetarios", que incluyen la pérdida de biodiversidad como uno de los puntos críticos que, al ser sobrepasado, pone en peligro el equilibrio planetario.

Finalmente tenemos a Gerardo Ceballos, un ecólogo mexicano que ha estudiado y documentado los patrones de extinción actuales, coautorando trabajos influyentes en los que compara las tasas actuales de extinción con las de eventos previos de extinción en masa.

Final del formulario

Los análisis de Ceballos et al[1] muestran que las tasas de extinción actuales superan ampliamente las tasas de fondo promedio naturales, tanto cuando se considera que la tasa de fondo es el doble de las estimaciones anteriores o cuando los datos sobre las extinciones de vertebrados modernos se tratan de la manera más conservadora posible. 

El siguiente gráfico muestra el porcentaje acumulado de especies de vertebrados (mamíferos, pájaros, anfibios, peces o reptiles) registradas como extintas o extintas en estado silvestre por la UICN (2012) desde el año 1500. La línea punteada es la tasa natural de extinción. 



Fuente: Cevallos et al.

Los gráficos muestran el porcentaje del número de especies evaluadas entre mamíferos (5513; 100% de los descritos), aves (10.425; 100%), reptiles (4414; 44%), anfibios (6414; 88%), peces (12.457; 38%) y todos los vertebrados combinados (39.223; 59%). La curva punteada negra representa el número de extinciones esperadas bajo una tasa de fondo estándar constante de 2 E/MSY (tasa de fondo de 2 extinciones de mamíferos por cada 10.000 especies por 100 años). Gráfico (A) Estimación altamente conservadora. Gráfico (B) Estimación conservadora.

Cevallos et al consideran que sus cálculos muy probablemente subestiman la gravedad de la crisis de extinción porque el objetivo que se habían planteado era colocar un "límite inferior" realista del impacto de la humanidad sobre la biodiversidad. De esta manera concluyen afirmando que: 

…aunque los biólogos no pueden decir con precisión cuántas especies hay, o exactamente cuántas se han extinguido en cualquier intervalo de tiempo, podemos concluir con confianza que las tasas de extinción modernas son excepcionalmente altas, que están aumentando y que sugieren una extinción masiva en curso, la sexta de su tipo, en los 4.500 millones de años de historia de la Tierra […] La evidencia es incontrovertible de que las tasas de extinción recientes no tienen precedentes en la historia humana y son muy inusuales en la historia de la Tierra. Nuestro análisis enfatiza que nuestra sociedad global ha comenzado a destruir especies de otros organismos a un ritmo acelerado, iniciando un episodio de extinción masiva sin precedentes en 65 millones de años. Si se permite que continúe el ritmo de extinción actualmente elevado, los humanos pronto (en tan solo tres vidas humanas) se verán privados de muchos beneficios de la biodiversidad. En escalas de tiempo humanas, esta pérdida sería efectivamente permanente porque, tras las extinciones masivas pasadas, el mundo vivo tardó entre cientos de miles y millones de años en volver a diversificarse. Evitar una verdadera sexta extinción masiva requerirá esfuerzos rápidos e intensificados para conservar especies ya amenazadas y aliviar las presiones sobre sus poblaciones, especialmente la pérdida de hábitat, la sobreexplotación económica y el cambio climático (31)[2] (33)[3]. Todos estos están relacionados con el tamaño y el crecimiento de la población humana, que aumenta el consumo (especialmente entre los ricos) y la desigualdad económica (6)[4]. Sin embargo, la ventana de oportunidad se está cerrando rápidamente.

Las principales pruebas que sostienen la teoría de la sexta extinción en masa provienen de estudios científicos que documentan los impactos de la actividad humana en los ecosistemas y la biodiversidad. Entre tales evidencias tenemos: altas tasas de extinción; disminución de poblaciones de especies; pérdida de hábitats; impacto del cambio climático; aumento de especies invasoras; contaminación; datos fósiles y comparativos.

Estas pruebas provienen de múltiples disciplinas científicas y apuntan consistentemente a que estamos experimentando un evento de extinción que, si no se mitiga, podría tener consecuencias irreversibles tanto para el planeta como para la humanidad.



  1. Disminución de las poblaciones de vertebrados (1970-2020): Muestra un descenso drástico en las poblaciones de especies vertebradas, con una pérdida promedio del 81.5% en los últimos 50 años.
  2. Comparación de tasas de extinción: La tasa actual de extinción es aproximadamente 150 veces mayor que la tasa natural de fondo, lo que indica una aceleración masiva en la desaparición de especies.
  3. Pérdida de bosques tropicales (1990-2020): Un reflejo del deterioro del hábitat natural, con una reducción significativa en los bosques tropicales, fundamentales para la biodiversidad y el clima.

Estos datos subrayan las amenazas para la biodiversidad global, destacando la urgencia de medidas de conservación y sostenibilidad. ​​

El Índice Planeta Vivo (IPV)

La gravedad de la situación en materia de degradación y pérdida de la biodiversidad puede ser bien evaluada mediante el Índice Planeta Vivo que es una medida del estado de la diversidad biológica mundial basada en las tendencias poblacionales de especies de vertebrados de hábitats terrestres, de agua dulce y marinos. Se monitorean 5579 especies y 41986 poblaciones en todo el mundo. El IPV fue adoptado por el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) como un indicador del progreso hacia sus objetivos para 2011-2020 y ahora es un indicador en el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal posterior a 2020.

Las tendencias de población individuales se reúnen para calcular el cambio porcentual promedio en el tamaño de la población usando un índice que permite estimar el cambio promedio en el tamaño de la población animal, no la disminución de especies.

Las principales conclusiones del Informe Planeta Vivo 2024,[5] muestra una disminución del 69% en las poblaciones monitoreadas desde 1970. Esta pérdida es especialmente pronunciada en América Latina y el Caribe (94%), seguida de África (66%) y Asia y el Pacífico (55%). La degradación de los ecosistemas está llevando al planeta hacia puntos de inflexión que podrían desencadenar cambios irreversibles y catastróficos. El Amazonas, un ecosistema crucial para la regulación climática y la biodiversidad, se acerca peligrosamente a un punto de inflexión que podría transformarlo en una sabana.

Los principales motores del declive de la naturaleza son la pérdida y degradación del hábitat, la sobreexplotación de los recursos, el cambio climático, la contaminación y las especies invasoras. El sistema alimentario mundial, con su impacto en el uso de la tierra, el agua y las emisiones de gases de efecto invernadero, es un factor clave.

Si bien existen objetivos mundiales para detener y revertir la pérdida de biodiversidad, limitar el calentamiento global y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los compromisos actuales y las acciones sobre el terreno son insuficientes. Se necesitan cambios sistémicos en la forma en que producimos y consumimos alimentos, gestionamos los recursos naturales y financiamos la acción climática y la conservación.

Resulta urgente ampliar y fortalecer las áreas protegidas, incluyendo otras medidas de conservación eficaces basadas en áreas (OECM) que involucren a las comunidades locales e indígenas, es crucial para salvaguardar la biodiversidad y los servicios ecosistémicos. Repensar nuestro sistema alimentario es fundamental. Esto implica adoptar prácticas agrícolas sostenibles, reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos y promover dietas saludables y sostenibles.

Acelerar la transición hacia un sistema energético limpio y renovable es esencial para mitigar el cambio climático. Es necesario invertir en energías renovables, mejorar la eficiencia energética y eliminar los subsidios a los combustibles fósiles. Reorientar la financiación de actividades perjudiciales para el ambiente hacia soluciones verdes es crucial.

El informe insta a los gobiernos, las empresas, las organizaciones y las personas a actuar con urgencia y decisión para cumplir con los objetivos mundiales para 2030. Los próximos cinco años son cruciales para evitar puntos de inflexión y asegurar un futuro sostenible para la vida en la Tierra.

Entre las Citas clave del informe se destacan:

  • "Los descensos de las poblaciones de fauna silvestre que han sido analizadas funcionan como un indicador de alerta temprana de la posible pérdida funcional y de resiliencia de los ecosistemas. Esto no solo afecta a las especies implicadas; como seres humanos, también dependemos de estos ecosistemas."
  • "Nuestro sistema alimentario está socavando nuestra capacidad de alimentar a la humanidad en el presente y en el futuro."
  • "Para garantizar un planeta habitable y próspero es esencial reorientar la financiación, apartándola de actividades perjudiciales y dirigiéndola hacia modelos de negocio y actividades que contribuyan a los objetivos mundiales de naturaleza, clima y desarrollo sostenible."
  • "Con dos tercios de la infraestructura que necesitamos para 2050 aún por construir, las ciudades presentan una enorme oportunidad para reducir las emisiones relacionadas con la energía mediante la mejora de la planificación urbana y del transporte, los materiales de construcción y la eficiencia."
  • "No es exagerado decir que lo que ocurra en los próximos cinco años determinará el futuro de la vida en la Tierra."

El Informe Planeta Vivo 2024 es una llamada a la acción urgente para proteger y restaurar la naturaleza, transformar nuestros sistemas económicos y financieros, y construir un futuro sostenible para todos.

Los indicadores muestran los cambios en la biodiversidad a lo largo de diferentes escalas temporales. Cada uno cuenta una historia diferente, pero todos forman parte de un relato más amplio del declive de la naturaleza.

El Índice Planeta Vivo hace un seguimiento de las poblaciones de animales y nos permite interpretar los cambios recientes en la naturaleza.



Este índice global es un promedio de los tres índices que miden los cambios en los ecosistemas terrestres, en los ríos y lagos y en el mar.


El índice marino es el que menos ha disminuido de los tres sistemas durante el periodo de 50 años. Este índice está dominado por especies de peces, muchas de las cuales se gestionan para controlar el nivel de presión pesquera. Algunas poblaciones de peces gestionadas se han recuperado en los últimos años y otras se han estabilizado, lo que se refleja en el menor descenso general del IPV marino. Sin embargo, otros peces marinos, como los tiburones y las rayas, siguen mostrando niveles críticos de declive.


El índice terrestre incluye especies de hábitats como bosques, desiertos y praderas, y muestra una tendencia de magnitud similar al índice global (caída del 69 %).


El mayor descenso se registra en el índice de agua dulce y refleja la creciente presión ejercida sobre los hábitats y las especies de agua dulce (un 85 % menos). En particular, los peces de agua dulce se ven a menudo amenazados por alteraciones de su hábitat que pueden bloquear rutas migratorias esenciales. Por ejemplo, el IPV actualizado de los peces migratorios de agua dulce muestra un declive del 81 % entre 1970 y 2020.

Los resultados indican que, en general, la naturaleza está disminuyendo en todos los sistemas: terrestres (descenso del 69 % —intervalo: −55 % a −79 %—, lo que representa una disminución media anual del 2,3 %), de agua dulce (descenso del 85 % —intervalo: −77 % a −90 %—, lo que representa una disminución media anual del 3,8 %) y marinos (descenso del 56 % —intervalo: −43 % a −66 %—, lo que representa una disminución media anual del 1,6 %).

El número de extinciones muestra una tendencia a largo plazo desde 1500 y hace un seguimiento del número acumulado de especies que se sabe que se han extinguido.


En Defaunación en el Antropoceno, Dirzo y coautores afirman que:[6]

Vivimos en medio de una ola global de pérdida de biodiversidad impulsada por el hombre: extirpaciones de especies y poblaciones y, lo que es más importante, disminuciones en la abundancia de especies locales. En particular, los impactos humanos sobre la biodiversidad animal son una forma poco reconocida de cambio ambiental global. Entre los vertebrados terrestres, 322 especies se han extinguido desde 1500, y las poblaciones de las especies restantes muestran una disminución promedio del 25% en su abundancia. Los patrones de invertebrados son igualmente terribles: el 67% de las poblaciones monitoreadas muestran una disminución de la abundancia media del 45%. Tales disminuciones de animales repercutirán en el funcionamiento del ecosistema y el bienestar humano.

Perspectiva Global y Llamado a la Acción

Entre los mensajes principales del Resumen para los encargados de la formulación de políticas del informe de la evaluación mundial de la diversidad biológica y los servicios de los ecosistemas (2019) de la Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) se destacan los siguientes:

La naturaleza y sus contribuciones fundamentales a las personas, que en conjunto incorporan la diversidad biológica y los servicios y funciones de los ecosistemas, se deterioran en todo el mundo. Durante los últimos 50 años, los impulsores directos e indirectos de cambio se han acelerado. Las trayectorias actuales no permiten alcanzar los objetivos para conservar y utilizar de manera sostenible la naturaleza, ni lograr la sostenibilidad, y los objetivos para 2030 en adelante solo serán factibles mediante cambios transformadores en las esferas económica, social, política y tecnológica. Es posible conservar, restaurar y usar la naturaleza de manera sostenible a la vez que se alcanzan otras metas sociales mundiales si se emprenden con urgencia iniciativas coordinadas que promuevan un cambio transformador.

Respecto del último mensaje del IPBES debemos señalar que tres fueron las razones que condujeron al complejo e intrincado proceso de negociaciones políticas y diplomáticas que desembocaron en 1992 con la aprobación del texto del Convenio sobre la Diversidad Biológica: el reconocimiento de la biodiversidad como un bien de valor inestimable para la supervivencia de las generaciones presentes y futuras; las amenazas que pesaban sobre los componentes de la biodiversidad y las asimetrías existentes entre distribución de la biodiversidad y desarrollo tecnológico.

Tan intrincado y complejo fue ese proceso como intrincada y compleja es la red normativa que se fue tejiendo. Un entramado desarrollado en los niveles global, regional, nacional y subnacional que incluye tratados, convenios, protocolos, leyes, decretos, resoluciones. Sumando a todo ello, estrategias, metas, objetivos, compromisos y declaraciones.

No obstante, transcurridos más de treinta años de innumerables reuniones y negociaciones, la tasa de extinción se ha disparado y la declinación de la tasa de aparición de nuevas especies, van configurando un escenario que puede ser caracterizado como el inicio de un nuevo episodio de extinción en masa, el sexto en la historia de nuestro planeta.[7]

Pese a que la declinación de la diversidad biológica tendrá gravísimas consecuencias para la humanidad, no se tiene conciencia que, de no cambiar de rumbo, nuestros descendientes heredaran un planeta biológicamente empobrecido y homogeneizado.

En realidad, ya estamos compartiendo el planeta con muchas menos formas de vida silvestre que hace tan solo un siglo y en grandes áreas del mundo, la fauna y la flora tienden aceleradamente a homogeneizarse.

Para Vaclav Smil:[8]

…una estimación liberal de la zoomass total de los mamíferos terrestres salvajes a principios y finales del siglo XX arroja no más de 50 Mt de peso vivo (alrededor de 10 Mt C) en 1900 y 25 Mt de peso vivo (alrededor de 5 Mt C) en 2000, una disminución del 50 por ciento. En contraste, durante el mismo tiempo, la antropomass global aumentó de aproximadamente 13 a 55 Mt C. Esto significa que la antropomass global superó la zoomass terrestre de los mamíferos salvajes en algún momento durante la segunda mitad del siglo XIX, que para 1900 era al menos un 30 por ciento más alta y que para el año 2000 la zoomass de todos los mamíferos terrestres salvajes era solo una décima parte de la antropomass global.

Smil (2011) proporciona la siguiente tabla:


Basándose en datos de Smil y de Paul Chefurka, Ron Patterson (2016),[9] afirma que:

hace 10.000 años, los humanos y sus animales domésticos eran una décima parte del uno por ciento de la biomasa de vertebrados terrestres y aéreos del mundo. Hoy en día son más del 97 por ciento de la biomasa de vertebrados terrestres y aéreos del mundo.





Refiriéndose al gráfico anterior, Patterson (2016) sostiene que:

La cantidad de biomasa de vertebrados terrestres humanos y sus animales está aumentando a un ritmo alarmante, mientras que la de todos los animales salvajes está disminuyendo a un ritmo alarmante. La línea punteada en el gráfico anterior, la capacidad de carga a largo plazo de la biomasa de vertebrados terrestres está disminuyendo debido a nuestra destrucción del hábitat animal, lo que significa nuestro hábitat.

Frente a una población total de 200.000 lobos silvestres, hoy tenemos más de 400 millones de perros domésticos. Frente a una población total de 900.000 búfalos africanos, hoy tenemos más de 1500 millones de vacas.

Otro buen ejemplo lo tenemos con el suministro de alimentos de la humanidad que hoy proviene de una muy estrecha franja de biodiversidad. Sólo 20 especies proporcionan el 90% de la comida del mundo y cuatro: maíz, trigo, soja y arroz, aportan más de la mitad, tornando extremadamente frágil un factor que, históricamente, ha sido el desencadenante de colapsos civilizatorios.

Resulta evidente que nuestras estrategias evolutivas claramente difieren de las que emplea la naturaleza y en lugar de basarnos en la diversidad hemos apostado por la homogeneidad.



[1] Ceballos G. et al.  (2015). “Accelerated modern human–induced species losses: Entering the sixth mass extinction”. Documento electrónico: https://www.science.org/doi/10.1126/sciadv.1400253

[2] M. de L. Brooke, S. H. M. Butchart, S. T. Garnett, G. M. Crowley, N. B. Mantilla-Beniers, A. J. Stattersfield, (2008): Rates of movement of threatened bird species between IUCN Red List categories and toward extinctionConserv. Biol. 22, 417–427 (2008).

[3] Hoffmann, M. et al. (2010) The Impact of conservation on the status of the world’s vertebratesScience 330, 1503–1509.

[4] Ehrlich, P. R. y Ehrlich, A. (2013): Can a collapse of global civilization be avoided? Proc. Biol. Sci. 280.

[5] https://wwfes.awsassets.panda.org/downloads/informe_planeta_vivo_2024.pdf

[6] Rodolfo Dirzo, Hillary S. Young, Mauro Galetti, Gerardo Ceballos, Nick JB Isaac y Ben Collen. (2014): Defaunación en el Antropoceno. CIENCIA, 25 de julio de 2014, Vol. 345, número 6195 págs. 401 - 406

[7] Los paleontólogos caracterizan las extinciones masivas como momentos en los que la Tierra pierde más de las tres cuartas partes de su especie en un intervalo geológicamente corto, como ha ocurrido solo cinco veces en los últimos 540 millones de años aproximadamente. Los biólogos ahora sugieren que una sexta extinción masiva puede estar en marcha, dadas las pérdidas de especies conocidas en los últimos siglos y milenios. Ver: Barnosky, A., Matzke, N., Tomiya, S. et al. ¿Ha llegado ya la sexta extinción masiva de la Tierra? Nature 471, 51–57 (2011). https://doi.org/10.1038/nature09678

[8] Smile, V. (2011). Harvesting the Biosphere: The Human Impact, documento electrónico: http://www.vaclavsmil.com/wp-content/uploads/PDR37-4.Smil_.pgs613-636.pdf

[9] Documento electrónico: https://peakoilbarrel.com/confessions-of-a-doomer/

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ALTERNATIVA ECOLOGISTA: MÁS ALLÁ DEL CAPITALISMO Y EL SOCIALISMO Carlos Merenson *   Desde la aparición del movimiento ecologista en la escena mediática, numerosas voces de pensadores y teóricos discuten su posicionamiento en el tablero político heredado de la oposición entre izquierda y derecha, entre capital y trabajo. Frente a este panorama binario, Los Verdes alemanes en su fundación en 1984 hicieron famoso el lema «la ecología no está ni a la izquierda ni a la derecha, sino que va hacia delante», mientras que el ecologismo político francés establecía el «ni-ni»: ni de izquierda, ni de derecha. Marcellesi, F. (2006). “ Ecología Política: génesis, teoría y praxis de la ideología verde ”   El régimen de propiedad sobre los medios de producción – privado o estatal – ha diferenciado a los dos sistemas dominantes en los últimos siglos, capitalismo y comunismo, mostrándose uno como alternativa del otro. Por su parte, el anarcocapitalismo, estructurado principalmente a...

UN DESAFÍO REVOLUCIONARIO

UN DESAFÍO REVOLUCIONARIO:  DESMONTAR Y DESENMASCARAR LAS FALACIAS DE LA SINRAZÓN PRODUCTIVISTA Carlos Merenson Donde existen equilibrios - como es el caso de los sistemas que hacen posible la vida en el planeta - necesariamente existen límites. Se podría pensar entonces que el reconocimiento de límites naturales, particularmente aquellos tan obvios como los vinculados con las existencias finitas de recursos naturales, [1] es una cuestión fuera de toda discusión, pero ello está muy lejos de ser cierto. En una verdadera embriaguez fáustica el ideal productivista ha hecho caso omiso de las restricciones que impone el ambiente a los insostenibles estilos de vida y sus inherentes modelos de producción y consumo. Tanto aquellos que detentan riqueza y poder - cegados por el afán de lucro - como aquellos que los enfrentan sin haberse desprendido de sus escorias productivistas, ignoran o prefieren ignorar que los sistemas que hacen posible la vida en el planeta Tierra dependen de complej...

LA BARBARIE ECOSOCIAL COMO TESIS, EL PENSAMIENTO NACIONAL COMO ANTÍTESIS

  La Quinta República Neoliberal en Argentina: la barbarie como tesis, el pensamiento nacional como antítesis     Carlos Merenson [*] Resumen Este documento presenta un análisis crítico del neoliberalismo en Argentina, centrándose en la figura de Javier Milei y su propuesta de un neoliberalismo extremo encarnado en el anarcocapitalista. Se presentan los argumentos desplegados por Milei para mostrarse como alternativa política. Al radicalizar los principios neoliberales y pretender eliminar el Estado, se muestra como las propuestas de Milei representan una amenaza para la justicia social y la sostenibilidad ecológica, al punto de conducir a un estado de "barbarie ecosocial". Se propone como alternativa profundizar en el Pensamiento Nacional, con la inclusión de la dimensión ecológica a partir de lo cual se explora el legado ecológico de Perón, que ya advertía sobre los peligros del agotamiento de los re...

CUARTO CUADERNO DE ECOLOGÍA POLÍTICA - PARTE 1

  La Ecología Política como teoría crítica del sistema-mundo productivista Carlos Merenson   Resumen del Volumen IV de los Cuadernos de Ecología Política Las tres partes en las que se divide el cuarto volumen de los Cuadernos de Ecología Política analizan críticamente el sistema-mundo productivista , examinando sus bases ideológicas, económicas y su materialización en el extractivismo. Se cuestiona la sostenibilidad de este modelo, exponiendo sus impactos negativos a nivel social, económico y ambiental. Las tres partes convergen en una crítica profunda al sistema-mundo productivista , argumentando que sus bases ideológicas, económicas y prácticas son insostenibles y conducen a una crisis ecosocial global. Se subraya la urgencia de un cambio de paradigma que reemplace la razón productivismo por una razón ecosocial capaz de guiarnos hacia una sociabilidad convivencial y un desarrollo verdaderamente sostenible . Parte 1 - Conceptos, creencias e ideas obsoletas ...

SEGUNDO CUADERNO DE ECOLOGÍA POLÍTICA

 CUADERNO II - LOS LÍMITES DEL CRECIMIENTO Resumen En el segundo volumen de Cuadernos se analiza la cuestión de los límites del crecimiento y su impacto en la sociedad humana. Se exploran las diferentes perspectivas sobre este tema, desde la visión optimista del crecimiento ilimitado hasta la advertencia sobre la finitud de los recursos y la capacidad del planeta para sostener los modelos de producción y consumo humano. Se analizan las contribuciones de pensadores clásicos como Adam Smith, Thomas Malthus, David Ricardo y John Stuart Mill quienes sentaron las bases del debate sobre los límites del crecimiento. Se examina cómo la dinámica de sistemas, una herramienta para modelar sistemas complejos ha sido utilizada para comprender los límites del crecimiento y sus implicaciones. Se analiza de manera particular el informe "Los límites del crecimiento" (1972) del Club de Roma incluyendo sus conclusiones, las críticas que recibió y su impacto en la conciencia sobre la sostenibi...

QUEDA TERMINANTEMENTE PROHIBIDO EL CAMBIO CLIMÁTICO

En Argentina queda terminantemente prohibido el término cambio climático y otros más… Carlos Merenson Al calor de conocimientos aportados por diferentes disciplinas científicas como, entre otras, la ecología, la termodinámica y la economía ecológica, se viene desarrollando un lento pero indetenible proceso de ecologización del pensamiento al que Edward Morin describe como un cambio radical en la manera en que los seres humanos comprenden y se relacionan con el mundo natural, [1] basado en una comprensión profunda de la interconexión y la interdependencia de todos los seres vivos y los sistemas naturales que hacen posible la vida en la Tierra. Este proceso representa una transición desde una perspectiva reduccionista y fragmentada hacia una visión integradora y compleja. Una transición fundamental para identificar las causas y enfrentar las consecuencias de las globalizadas crisis ecosociales que hoy amenazan la supervivencia. Sin embargo, las élites del poder -principales benefic...