CUADERNO II - LOS LÍMITES DEL CRECIMIENTO
Resumen
En el segundo volumen de Cuadernos se analiza la
cuestión de los límites del crecimiento y su impacto en la sociedad humana. Se
exploran las diferentes perspectivas sobre este tema, desde la visión optimista
del crecimiento ilimitado hasta la advertencia sobre la finitud de los recursos
y la capacidad del planeta para sostener los modelos de producción y consumo
humano. Se analizan las contribuciones de pensadores clásicos como Adam Smith,
Thomas Malthus, David Ricardo y John Stuart Mill quienes sentaron las bases del
debate sobre los límites del crecimiento. Se examina cómo la dinámica de
sistemas, una herramienta para modelar sistemas complejos ha sido utilizada
para comprender los límites del crecimiento y sus implicaciones. Se analiza de
manera particular el informe "Los límites del crecimiento" (1972) del
Club de Roma incluyendo sus conclusiones, las críticas que recibió y su impacto
en la conciencia sobre la sostenibilidad. Se exploran los límites planetarios,
un conjunto de umbrales ecológicos que no deben ser superados para evitar un
colapso ecosistémico. Finalmente se abordan los debates sobre límites del
crecimiento en el siglo XX y hasta la actualidad.
NOTA: Edición y corrección en interacción con
IA
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Introducción
Las
corrientes de pensamiento de raíz liberal consideran que el crecimiento
económico se ve impedido por la falta de libertad en los mercados, mientras que
las corrientes de raíz marxista sostienen que se limita debido a las relaciones
de producción restrictivas. Frente a estas posturas, el ecologismo argumenta
que el crecimiento económico se encuentra fundamentalmente obstaculizado porque
la Tierra misma tiene una capacidad limitada: en cuanto a recursos productivos;
en la absorción y asimilación de la contaminación; y en la capacidad de carga
en relación con la población.
Podría
pensarse que el reconocimiento de estos límites naturales, especialmente
aquellos tan evidentes como las existencias finitas de recursos, [1] es una
cuestión indiscutible; sin embargo, esto está lejos de ser cierto. En una
verdadera embriaguez fáustica, la humanidad ha ignorado las restricciones
impuestas por el ambiente a estilos de vida insostenibles y a los modelos de
producción y consumo que los sustentan. Tanto quienes detentan riqueza y poder,
cegados por el afán de lucro, como quienes los enfrentan sin deshacerse de sus escorias
productivistas, prefieren ignorar que los sistemas que sostienen la vida en la
Tierra dependen de complejos equilibrios naturales.
Negación,
irresponsabilidad y omnipotencia se han vuelto conductas extendidas en la
sociedad, consecuencia de la normalización de la competencia permanente, la
mercantilización de las relaciones sociales y el consumismo. Esto ha convertido
a gran parte de la humanidad en adicta al crecimiento económico y en adoradora
del mercado y la tecnología. Una humanidad convencida de que es posible
enfrentar la crisis sin cambiar nada sustancial de la estructura económica ni
alterar nuestro estilo de vida.
Un
estilo de vida que, como sugiere Ken Booth, [2]
es una herencia de miles de años de patriarcado y fundamentalismos religiosos,
de quinientos años de capitalismo, de unos trescientos años de estatismo y
nacionalismo, de alrededor de doscientos años de racismo y casi cien años de
“democracia de consumo”. Esto ha conducido a lo que Galbraith describió como
una “cultura de la satisfacción” para los triunfadores, tanto dentro de cada
sociedad como entre unas sociedades y otras, mientras que los perdedores viven
en condiciones de opresión y explotación.
Entre
las creencias predominantes en el sistema-mundo productivista está la
"ilusión neolítica", que concibe la naturaleza como algo inagotable,
como si fuera infinita. No obstante, el agotamiento de lo que se suponía
inagotable y la finitud de lo que se creía infinito han demostrado que esta
creencia es una mera ilusión, surgida de la ignorancia y reforzada por la
codicia. La triple crisis antropogénica —energética, climática y de
biodiversidad— es una consecuencia directa de esta ilusión.
Desde
la primera transición termoindustrial hasta la actualidad, y en particular a
partir de la década de 1950, el crecimiento ha adquirido una dinámica
exponencial que, en un entorno finito, no resulta sostenible y puede llevar al
sobregiro y al colapso del sistema. Ante esta obviedad, como afirma Albert
Bartlett: el más grande defecto de la raza humana es nuestra incapacidad de
entender la función exponencial, y es esta falta de entendimiento la que
amenaza nuestra supervivencia.[3]
Ninguna
población puede crecer indefinidamente si sus recursos son limitados y no
existe la posibilidad de importar, escapar o eliminar desechos. Esta
comprensión es esencial para enfrentar los desafíos de un mundo finito.
Al
analizar la situación de la Isla de Pascua, Clive Ponting se pregunta si
seremos capaces de encontrar, a tiempo, un modo de vida que no agote fatalmente
los recursos limitados de la Tierra ni dañe irreversiblemente nuestros sistemas
de sustento vital. [4]
La
perspectiva del ecologismo difiere notablemente de la confianza en el progreso
ilimitado que prevalece en la actualidad. Como observa Craig Collins, [5] el nivel
de vida, la esperanza de vida y el crecimiento económico han sido logros de una
civilización industrial que ha explotado y contaminado el planeta para alcanzar
un progreso que, en términos históricos, será fugaz. El progreso pasado se
obtuvo a expensas del futuro, y ahora enfrentamos sus consecuencias.
Las bases científicas que fundamentan la existencia de límites
biofísicos
La piedra angular sobre
la que se asienta la Ecología Política es el reconocimiento de la existencia de
límites biofísicos para el crecimiento. Existencia que constituye una cuestión
objetiva, sostenida en conocimientos científicos tales como, entre otros:
Entropía
Las inflexibles leyes de
la termodinámica demuestran que nada surge de la nada: en un sistema aislado,
la energía no puede crearse ni destruirse; solo puede cambiar de una forma a
otra. Además, debido a la entropía, ningún proceso puede ser 100% eficiente en
la conversión de calor en trabajo, porque en cada transformación una parte de
la energía se disipa (o se desorganiza), haciéndose menos útil o disponible
para realizar trabajo útil. Este concepto, como señaló Georgescu-Roegen, puede
extenderse también a los procesos de transformación de la materia.
La entropía se refiere al
grado de desorden o aleatoriedad en un sistema, lo que impone un límite
fundamental en cualquier sistema cerrado. La razón por la cual la entropía
marca límites al crecimiento está en que todo proceso de conversión energética
transforma energía útil (como la de los combustibles fósiles) en formas menos
organizadas, generalmente en calor que se disipa en el ambiente. Cuanto mayor
es la actividad dentro de un sistema, más rápidamente se convierte la energía
ordenada en energía desordenada o de menor calidad. Esta degradación energética
es inevitable y, con el tiempo, reduce la capacidad del sistema para sostener
un crecimiento indefinido.
Aunque el planeta recibe
energía del Sol, los recursos materiales que empleamos para transformar esta
energía en trabajo útil —como metales, combustibles y nutrientes del suelo— son
finitos y tienden a dispersarse y degradarse con el uso, aumentando así la
entropía. Para volver a concentrar estos recursos, se requiere cada vez más
energía y tiempo, lo cual se vuelve progresivamente más difícil y costoso a
medida que el desorden aumenta.
Los ecosistemas operan
bajo estos principios, reciclando y regenerando en ciclos que, sin embargo,
también tienen límites, ya que tanto el reciclaje biológico como el físico
tienen una capacidad máxima. Cuando sobrecargamos estos ciclos con actividades
productivas, el desorden crece a una velocidad que el ecosistema no puede
compensar, provocando su degradación y reduciendo su capacidad para sostener la
vida, incluida la actividad humana.
Como vemos, en virtud de
la entropía, la energía útil se degrada y dispersa, volviendo insostenible un
crecimiento infinito en un sistema finito como el planeta. Los intentos de
superar estos límites requieren enormes cantidades de energía y recursos, que
no pueden mantenerse de forma indefinida y que, a largo plazo, siempre generarán
más entropía. Esto nos lleva hacia un punto en el que no habrá suficiente
energía útil para sostener un sistema en expansión.
Interdependencia ecológica compleja
Las relaciones
intrincadas y recíprocas entre diferentes especies y su entorno dentro de un
ecosistema no se limitan a interacciones simples de causa y efecto; involucran
múltiples factores, como los ciclos de nutrientes, las cadenas alimenticias,
las relaciones simbióticas y la dependencia de un entorno físico en equilibrio.
Donde existen equilibrios, también existen límites. Cada organismo, desde las
plantas hasta los animales, depende del ecosistema para sobrevivir, y cualquier
alteración en un componente puede tener efectos en cadena sobre el sistema
completo. Esta interdependencia ecológica compleja es fundamental para mantener
la estabilidad y la resiliencia de los ecosistemas, de modo que, cuando se
afecta una parte del sistema, las consecuencias pueden ser impredecibles debido
a las múltiples conexiones que existen. Un ejemplo de esta interdependencia es
la relación entre los bosques y el ciclo del agua, entre corales y peces, entre
plantas y polinizadores, o dentro de las cadenas tróficas de los ecosistemas.
Esta compleja
interdependencia ecológica impone límites naturales a la expansión de las
actividades humanas. Los ecosistemas operan a través de ciclos de nutrientes y
energía que involucran organismos, suelo, agua y otros elementos. Estos ciclos
—como los del carbono, el nitrógeno y el agua— son esenciales para mantener las
condiciones necesarias para la vida. Cuando el crecimiento humano demanda más
recursos de los que estos ciclos pueden renovar, se produce una
desestabilización que resulta en agotamiento de suelos, desertificación,
cambios climáticos y pérdida de biodiversidad. Esto limita el crecimiento, ya
que la producción de bienes y servicios depende directamente de estos ciclos.
La interdependencia
ecológica otorga a los ecosistemas cierta resiliencia, o capacidad para
absorber cambios y perturbaciones. Sin embargo, esta resiliencia tiene un
límite, conocido como “capacidad de carga”. Cuando se supera, el sistema pierde
su capacidad de autorregenerarse y puede colapsar, como ocurre con la
sobrepesca, la deforestación masiva o la degradación de hábitats. Exceder estos
límites suele llevar a una disminución brusca en la disponibilidad de los
recursos y servicios que sostienen el crecimiento.
Cada especie y proceso
cumple una función en el ecosistema, y la biodiversidad es clave para su
estabilidad y adaptabilidad. La eliminación de especies o la degradación de
hábitats altera la estructura y funcionamiento del sistema en su conjunto. Sin
una red biológica diversa y saludable, los ecosistemas pierden la capacidad de
realizar funciones esenciales, como la polinización, la purificación de agua y
la regulación climática, afectando directamente las posibilidades de
crecimiento humano.
Alterar los ecosistemas
naturales tiene costos energéticos y de recursos que aumentan con cada
intervención adicional, debido a la necesidad de restaurar los equilibrios
alterados. La naturaleza requiere tiempo, energía y condiciones específicas
para recuperarse de los daños. En un contexto de interdependencia, cuanto más
amplio y complejo es el impacto, mayor es la energía y el tiempo necesarios
para revertirlo (si es que esto es posible).
Los ecosistemas no
responden de forma inmediata a todas las presiones; muchas veces acumulan
tensiones antes de pasar bruscamente a otro estado, un proceso conocido como
“punto de inflexión” o “cambio de fase”. Superados ciertos umbrales, es posible
que el ecosistema no regrese a su estado anterior, limitando irreversiblemente
el suministro de recursos o la capacidad de absorción de desechos.
En conclusión, la
compleja interdependencia ecológica establece límites naturales al crecimiento,
ya que nuestros sistemas económicos dependen de servicios y recursos de
ecosistemas que son finitos, delicadamente equilibrados y propensos al colapso
si se sobreexplotan. Intentar impulsar el crecimiento en estos sistemas sin
respetar estos límites conduce a la degradación de las condiciones ecológicas,
haciendo que el crecimiento se vuelva insostenible y, en última instancia,
imposible.
Ciclos Biogeoquímicos
Los procesos naturales
cíclicos mediante los cuales los elementos y compuestos químicos esenciales
para la vida circulan entre los organismos vivos (la biosfera), el suelo (la
geosfera), el agua (la hidrosfera) y la atmósfera aseguran que nutrientes como
el carbono, nitrógeno, oxígeno y fósforo estén disponibles de forma continua y
equilibrada en el ecosistema. Estos ciclos biogeoquímicos involucran procesos
biológicos (actividad de organismos vivos), geológicos (erosión, sedimentación)
y químicos (reacciones en la atmósfera o el agua), y aunque los elementos
circulan continuamente, no se crean ni destruyen, solo cambian de forma y
ubicación. Algunos ejemplos incluyen los ciclos del carbono, nitrógeno, agua,
fósforo y azufre. Los ciclos biogeoquímicos son esenciales para el
funcionamiento de los ecosistemas y el mantenimiento de la vida en la Tierra,
permitiendo que los elementos clave circulen eficientemente entre los
diferentes componentes del planeta.
Cada ciclo biogeoquímico
tiene su propia velocidad de renovación. Por ejemplo, el ciclo del carbono a
través de la fotosíntesis y respiración es relativamente rápido, mientras que
la formación de combustibles fósiles es extremadamente lenta. El crecimiento
humano depende de recursos como agua dulce, nutrientes del suelo y
combustibles, que solo pueden regenerarse a tasas específicas. Si la demanda
humana supera estas tasas, el recurso no tiene tiempo suficiente para
regenerarse, llevando al agotamiento de su disponibilidad y limitando el
crecimiento.
La producción agrícola
depende de nutrientes como el nitrógeno, fósforo y potasio, reciclados a través
de los ciclos biogeoquímicos. Si estos ciclos se alteran, por ejemplo, debido a
la sobreexplotación de suelos o el uso excesivo de fertilizantes, la fertilidad
del suelo disminuye. Esto afecta la capacidad de producir alimentos y otros
productos agrícolas de manera sostenible, que son esenciales para el
crecimiento humano.
Además, los ciclos
biogeoquímicos absorben y reciclan los desechos generados por las actividades
humanas, como el dióxido de carbono en la atmósfera y el exceso de nitrógeno en
el suelo y cuerpos de agua. Sin embargo, estos ciclos tienen una capacidad máxima
para procesar desechos. Cuando esta capacidad es superada —como ocurre con las
emisiones de carbono que exceden la absorción de océanos y bosques— se generan
problemas ambientales (como el cambio climático y la eutrofización) que limitan
el crecimiento económico y social debido a sus efectos adversos en la salud, la
agricultura y el bienestar general.
Los ciclos biogeoquímicos
pueden acumular cambios lentamente antes de que sus efectos se hagan evidentes.
Sin embargo, una vez que estos sistemas alcanzan un punto de saturación o
cambio de fase, las alteraciones pueden ser irreversibles. Por ejemplo, la
acidificación oceánica (causada por el exceso de CO₂) afecta gravemente la vida
marina y, en consecuencia, los recursos pesqueros. Esto impone límites severos
al crecimiento, ya que las capacidades de los ciclos para recuperar el
equilibrio se ven comprometidas, y la restauración puede ser extremadamente
difícil o, en algunos casos, imposible.
Muchos elementos clave en
los ciclos biogeoquímicos, como el fósforo para la agricultura, no tienen
sustitutos viables en la naturaleza o la industria. Cuando estos elementos se
agotan o se vuelven menos accesibles, el crecimiento de actividades como la agricultura
y la producción de alimentos se vuelve inviable. Esto establece un límite
absoluto, pues sin ciertos nutrientes esenciales, los ecosistemas no pueden
sostener la vida a la misma escala, y la producción agrícola y ganadera se
vuelve limitada.
En resumen, los ciclos
biogeoquímicos definen límites al crecimiento porque determinan la velocidad y
cantidad de recursos que pueden renovarse o reciclarse. Cualquier actividad que
dependa de estos ciclos debe mantenerse dentro de los límites de regeneración y
absorción de cada ciclo; de lo contrario, enfrenta problemas de sostenibilidad
y agotamiento de recursos. Alterar o exceder la capacidad de estos ciclos puede
llevar a desequilibrios ecológicos y climáticos y, en última instancia, a
restricciones severas en la capacidad de sostener el crecimiento humano a largo
plazo.
Finitud
Desde el punto de vista
material, la Tierra es un sistema finito, no creciente y materialmente cerrado.
Esto significa que no recibe ni expulsa grandes cantidades de materia hacia o
desde el espacio,[6]
lo que la convierte en un sistema con recursos limitados. Prácticamente toda la
materia que utilizamos y procesamos proviene de la propia Tierra. Los recursos
minerales, combustibles fósiles, agua dulce, suelo fértil y otras materias
primas que existen en la Tierra no se renuevan de manera significativa o, si lo
hacen, es a escalas de tiempo geológicas, no humanas.
La Tierra contiene una
cantidad fija de minerales, agua dulce, suelos fértiles y otros recursos
críticos. Algunos de estos, como los metales raros o los combustibles fósiles,
son no renovables en escalas de tiempo humanas. A medida que el crecimiento económico
y demográfico aumenta la demanda de estos recursos, se llega a un punto en que
las reservas de mayor calidad se agotan y se requieren más esfuerzos y costos
para extraer lo que queda, lo que limita tanto la rentabilidad como la
sostenibilidad de la extracción. La finitud de estos recursos impone un límite
intrínseco a cuánto pueden expandirse actividades que dependen de ellos.
Además de recursos
materiales, el espacio físico es finito, incluyendo tanto las áreas disponibles
para expansión humana como los "sumideros" de desechos (océanos,
suelos, atmósfera) que absorben subproductos de la actividad humana. Con el
crecimiento, aumenta la cantidad de desechos generados (por ejemplo, dióxido de
carbono y residuos plásticos). Los ecosistemas tienen una capacidad limitada
para absorber y procesar estos desechos sin degradarse. Una vez sobrepasada
esta capacidad, se generan problemas ambientales que, en sí mismos, restringen
el crecimiento (como el cambio climático y la contaminación).
Aun si la energía solar
proporciona una entrada constante, el uso de energía en forma de combustibles
fósiles y otras fuentes no renovables es finito. Esta finitud, junto con las
leyes de la termodinámica (que establecen que la energía tiende a dispersarse y
que no toda la energía puede utilizarse de manera eficiente), limita la
capacidad del sistema para sostener crecimiento indefinido. En un planeta
cerrado y finito, la energía útil disponible se reduce progresivamente cuando
se depende de fuentes no renovables, estableciendo un tope en la cantidad de
energía que se puede destinar al crecimiento.
La naturaleza funciona a
través de ciclos que renuevan ciertos recursos, como los nutrientes en el
suelo, pero estos ciclos tienen tiempos de regeneración propios que no pueden
acelerarse a voluntad. La recuperación de un suelo fértil, la formación de humus
o la regeneración de un ecosistema degradado puede tomar décadas o incluso
siglos. Esta finitud temporal limita la capacidad de la Tierra para sostener el
crecimiento, pues los ciclos no pueden satisfacer la demanda de forma infinita
o inmediata. Cuando se impone una sobrecarga a estos ciclos, los recursos se
degradan más rápido de lo que pueden renovarse.
Los ecosistemas, al ser
finitos y estar constituidos por redes complejas de interdependencia, no
soportan aumentos ilimitados de presión. La finitud de cada ecosistema (como un
bosque o una pesquería) implica que el uso excesivo o el colapso de una especie
puede afectar el sistema entero y su capacidad para proveer recursos o
servicios ecológicos, como el aire limpio, el agua y la biodiversidad. Esta
limitación establece un tope para la explotación y producción, ya que los daños
a ecosistemas tienen consecuencias negativas acumulativas e imprevisibles para
el crecimiento.
Finalmente, la finitud
obliga a considerar la distribución y uso de recursos. En un mundo donde los
recursos son finitos, la desigualdad en su distribución implica que el
crecimiento de unos puede limitar el acceso de otros a los recursos básicos. La
competencia y el acaparamiento de recursos limitados generan tensiones sociales
y económicas, lo que restringe el crecimiento de comunidades menos
privilegiadas y, en última instancia, provoca inestabilidad que afecta la
sostenibilidad a nivel global.
En definitiva, la finitud
de los recursos materiales, del espacio, de la capacidad de absorción, de los
tiempos de regeneración y de la resiliencia de los ecosistemas establece
límites concretos para el crecimiento. Estos límites son estructurales e
insalvables dentro de un sistema cerrado como la Tierra y resaltan la necesidad
de replantear modelos de crecimiento continuo y adoptar enfoques de
sostenibilidad que reconozcan las restricciones inherentes de un planeta
finito.
Capacidad de carga (carrying capacity)
Este concepto se refiere
al número máximo de individuos de una especie que un ambiente o ecosistema
puede sostener de manera indefinida, sin que se degrade el entorno o los
recursos necesarios para la supervivencia. Este concepto es clave en ecología
para entender los límites del crecimiento poblacional en relación con los
recursos disponibles, como alimento, agua, refugio, y otros factores
esenciales. Existen diferentes aspectos que influyen sobre la capacidad de
carga tales como, por ejemplo, los recursos limitados presentes en los ecosistemas
(alimento, agua y espacio) es por esta razón que la capacidad de carga refleja
el punto en el que estos recursos ya no pueden sostener una población creciente
sin que se vean sobreexplotados o agotados. La capacidad de carga es un
concepto dinámico y central en ecología, que nos ayuda a entender cómo los
ecosistemas regulan el crecimiento de las poblaciones y cómo los recursos
limitados influyen en la sostenibilidad de esas poblaciones a largo plazo.
La capacidad de carga
establece límites al crecimiento de varias maneras, así por ejemplo cada
ecosistema tiene una cantidad limitada de recursos renovables (como agua,
nutrientes del suelo y biomasa) que puede proporcionar en cada ciclo sin
agotarse. Si la demanda de recursos supera la tasa de regeneración del
ecosistema, se genera un desequilibrio que puede llevar a la sobreexplotación y
a la degradación de los recursos, como ocurre en el caso de la deforestación,
sobrepesca o extracción excesiva de agua subterránea. La capacidad de carga,
por tanto, establece un límite superior a la cantidad de actividad o población
que un ecosistema puede sostener sin que se agoten sus recursos.
Los ecosistemas no solo
proporcionan recursos, sino que también absorben y descomponen los desechos
generados por las actividades biológicas y humanas. Sin embargo, la capacidad
de absorción es limitada. Si se excede esta capacidad —por ejemplo, en el caso
de las emisiones de CO₂ que superan la capacidad de absorción de los océanos y
bosques—, se acumulan contaminantes en el medio ambiente, lo que afecta la
salud de los ecosistemas y de las especies que dependen de ellos. Así, la
capacidad de carga incluye un límite a la cantidad de desechos que un
ecosistema puede manejar sin que se degraden sus funciones básicas.
La capacidad de carga
también depende de la biodiversidad, ya que una diversidad de especies
contribuye a la estabilidad y resiliencia del ecosistema. Cuando se excede la
capacidad de carga, la biodiversidad sufre, ya que el ecosistema pierde
especies clave que desempeñan funciones importantes (como polinizadores o
depredadores). La pérdida de biodiversidad debilita el ecosistema, haciéndolo
más vulnerable a perturbaciones y menos capaz de sostener una población o
actividad a largo plazo.
Los ecosistemas que
superan su capacidad de carga pueden entrar en ciclos de retroalimentación
negativa que aceleran su degradación. Por ejemplo, la desertificación en un
área sobrepastoreada o la pérdida de calidad del suelo en un sistema agrícola
intensivo son ejemplos de cómo el exceso de presión lleva a una degradación
irreversible. Cuando se sobrepasa la capacidad de carga, el sistema puede
alcanzar un “punto de inflexión” donde los cambios se vuelven permanentes,
reduciendo drásticamente la capacidad de recuperación y dejando poco margen
para el crecimiento futuro.
La capacidad de carga no
solo establece un límite para el crecimiento en el presente, sino que también
determina la sostenibilidad a largo plazo. Superar la capacidad de carga hoy
implica reducir la disponibilidad de recursos y la calidad del ambiente para
las generaciones futuras. Por lo tanto, respetar la capacidad de carga de los
ecosistemas es una forma de asegurar que las generaciones venideras puedan
disponer de los mismos recursos y beneficios, lo que limita el crecimiento
presente en función de la equidad intergeneracional.
La capacidad de carga de
un ecosistema no es fija; puede variar según las condiciones ambientales y el
impacto de las actividades humanas. Por ejemplo, el cambio climático, la
introducción de especies invasoras o la contaminación pueden reducir la capacidad
de carga de un ecosistema. Esta variabilidad implica que el crecimiento humano
debe adaptarse constantemente a las nuevas condiciones y que el uso de recursos
debe ser flexible y cauteloso para evitar llegar a límites insostenibles.
Vemos entonces que la
capacidad de carga define límites naturales y sostenibles para el crecimiento
humano y económico al indicar la máxima presión que los ecosistemas pueden
soportar sin perder su funcionalidad. Superar esta capacidad lleva al deterioro
de los recursos y la pérdida de servicios ecosistémicos, lo que no solo pone un
freno al crecimiento a corto plazo, sino que también compromete la salud
ecológica y el bienestar a largo plazo de la humanidad y del planeta.
Resiliencia de los ecosistemas
Es la capacidad de un
ecosistema para resistir, absorber o recuperarse de perturbaciones o cambios,
manteniendo su estructura, funciones y dinámica esenciales. Un ecosistema
resiliente puede adaptarse o reorganizarse después de eventos perturbadores,
como incendios, inundaciones, cambios climáticos o actividades humanas, sin
perder su capacidad para funcionar y sustentar la vida. Entre los factores que
influyen en la resiliencia de un ecosistema se destacan su biodiversidad en
tanto una gran diversidad de especies le permite responder y adaptarse mejor a
cambios o perturbaciones. También la interdependencia entre las especies y los
elementos del ecosistema juega un papel crucial, así por ejemplo ecosistemas
conectados pueden redistribuir recursos y servicios esenciales de manera más
efectiva. También la capacidad de regeneración es clave para la resiliencia.
Obviamente los procesos de degradación ambiental como la deforestación,
contaminación, pérdida de biodiversidad y el uso intensivo del suelo pueden disminuir
la capacidad de un ecosistema para recuperarse de perturbaciones. Los cambios
rápidos y extremos en el clima (como el aumento de las temperaturas o la
acidificación de los océanos) pueden superar la capacidad de adaptación de
muchos ecosistemas. La fragmentación de ecosistemas grandes en áreas pequeñas y
desconectadas reduce su capacidad de recuperación, ya que limita el flujo de
especies y recursos entre las áreas. Como vemos la resiliencia de los
ecosistemas es crucial para su sostenibilidad a largo plazo y para su capacidad
de proporcionar servicios ecosistémicos vitales. Sin embargo, la resiliencia
tiene límites, y las perturbaciones frecuentes o intensas pueden hacer que un
ecosistema pierda su capacidad para recuperarse y colapse o se transforme en
otro tipo de ecosistema menos diverso o productivo.
Dinámica de Sistemas
Una herramienta clave
para comprender cómo interactúan los diferentes elementos de un sistema y cómo
estos intercambios están condicionados por límites naturales o sociales es la “Dinámica
de Sistemas”. Esta disciplina nos permite modelar, visualizar y analizar cómo
los límites influyen en el comportamiento a largo plazo de un sistema. Algunos
conceptos clave que relacionan la dinámica de sistemas y los límites son:
1. Límites como
restricciones en los flujos de recursos
En la dinámica de
sistemas, los elementos y procesos de un sistema están interconectados mediante
bucles de retroalimentación y flujos de recursos, energía o información. Los
límites actúan como restricciones que condicionan estos flujos. Por ejemplo, en
un sistema ecológico, la disponibilidad de agua o nutrientes determina
directamente la capacidad de crecimiento de la biomasa. Un modelo que ilustra
esto es el del crecimiento poblacional de una especie en un ecosistema, donde
la capacidad de carga del entorno funciona como un límite que regula el
crecimiento. Si la población supera este límite, el sistema puede entrar en un
estado de degradación o colapso.
2. Bucles de
retroalimentación y límites
Los bucles de
retroalimentación son fundamentales en la dinámica de sistemas y pueden ser
positivos (amplifican cambios) o negativos (estabilizan el sistema). Los
límites naturales, como la cantidad finita de recursos, suelen estar asociados
con bucles de retroalimentación negativa, que estabilizan el sistema al
alcanzarse ciertos umbrales. Por ejemplo, en un sistema agrícola, la
productividad de la tierra puede verse limitada por la disponibilidad de
nutrientes en el suelo. Si se aplican fertilizantes en exceso, podría activarse
una retroalimentación negativa en forma de contaminación del agua, degradando
el sistema general y disminuyendo su capacidad productiva.
3. Límites planetarios y
sostenibilidad
El concepto de límites
planetarios define umbrales ecológicos que no deben ser superados para
evitar el colapso ecosistémico. Este enfoque aplica la dinámica de sistemas a
escala global. Límites como las emisiones de carbono, la pérdida de
biodiversidad o la acidificación de los océanos son esenciales para evaluar la
sostenibilidad. Por ejemplo, un aumento de gases de efecto invernadero genera
un bucle de retroalimentación positiva que intensifica el calentamiento global.
Si se supera el límite de emisiones de carbono, podrían activarse
retroalimentaciones catastróficas, como el deshielo del permafrost, liberando
más gases de efecto invernadero y agravando el problema.
4. Resiliencia y límites
La resiliencia de
un sistema se refiere a su capacidad para tolerar perturbaciones sin colapsar,
pero esta también tiene un límite. La dinámica de sistemas permite modelar cómo
un sistema responde a perturbaciones y cómo se comporta cerca de sus límites
críticos. Si un sistema excede un límite y cruza un umbral crítico, puede
entrar en un estado diferente, generalmente menos favorable. Por ejemplo, un
lago que recibe un exceso de nutrientes (eutrofización) puede absorberlos hasta
cierto punto, pero si se supera el umbral, el ecosistema puede transformarse
drásticamente, pasando de un estado saludable a otro dominado por algas, con
agua turbia y pérdida de biodiversidad.
5. Dinámica no lineal y
colapso
La dinámica de sistemas
también estudia los comportamientos no lineales, donde pequeños cambios en las
variables del sistema pueden desencadenar impactos significativos al alcanzar
ciertos límites. Estos comportamientos son comunes en sistemas complejos como
ecosistemas o economías. Por ejemplo, en la pesca, si las capturas superan un
límite crítico en la capacidad reproductiva de una especie, el sistema puede
colapsar repentinamente, causando la desaparición local de la especie y un
cambio drástico en el ecosistema.
Ejemplos de interacción
entre límites y dinámica de sistemas
- Modelo de crecimiento exponencial con
límite de recursos
Un modelo clásico es el del crecimiento exponencial limitado por la capacidad de carga. Inicialmente, una población o economía puede crecer rápidamente (retroalimentación positiva), pero al acercarse a un límite de recursos, el crecimiento se ralentiza, se estabiliza o incluso colapsa (retroalimentación negativa). - El ciclo del carbono y los límites
climáticos
La dinámica de sistemas se utiliza para modelar el ciclo del carbono y analizar cómo la actividad humana, al superar los límites planetarios de emisiones, genera retroalimentaciones que afectan el clima global. Modelos avanzados, como los desarrollados por el IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático), predicen cómo el sistema climático responderá a estos excesos.
Como vemos, la dinámica
de sistemas es una herramienta esencial para identificar, modelar y comprender
cómo los límites (naturales o sociales) afectan el comportamiento de los
sistemas complejos. Este enfoque resulta crucial para prever cambios en un sistema
al acercarse o superar sus límites, y es indispensable para la planificación
sostenible y la toma de decisiones informadas.
El desarrollo de la Dinámica de Sistemas tiene varios referentes importantes, quienes han contribuido significativamente al establecimiento de esta disciplina, tales como:
Considerado el padre de la Dinámica de Sistemas, fue profesor en el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) y desarrolló la metodología de la Dinámica de Sistemas en la década de 1950. Su enfoque comenzó aplicándose a sistemas industriales y de gestión, pero luego lo expandió a problemas sociales y ambientales. Su libro "Industrial Dynamics" (1961) fue pionero en la aplicación de modelos dinámicos a problemas empresariales. Posteriormente, su trabajo "World Dynamics" (1971) aplicó estas ideas a problemas globales como el crecimiento de la población, el uso de recursos y la contaminación, inspirando el famoso informe "Los límites del crecimiento". Su legado fue la creación de modelos computacionales que muestran cómo los sistemas complejos evolucionan con el tiempo bajo la influencia de múltiples variables interconectadas.Fue una de las discípulas de Jay Forrester y desempeñó un papel crucial en la popularización de la Dinámica de Sistemas, particularmente en el contexto del desarrollo sostenible y los límites ecológicos. Coautora del influyente informe "Los límites del crecimiento" (1972) en el que se utilizó modelos de dinámica de sistemas para predecir los impactos del crecimiento exponencial de la población y la industria sobre los recursos finitos de la Tierra. Además de su trabajo académico, Donella Meadows fue una importante divulgadora de la sostenibilidad y el pensamiento sistémico. Su libro "Thinking in Systems: A Primer" (2008, publicado póstumamente) sigue siendo una referencia clave en el campo.
Otro discípulo de Jay Forrester, Dennis Meadows fue uno de los principales autores del informe "Los límites del crecimiento" (1972). Además del informe original, ha trabajado en actualizaciones posteriores como "Más allá de los límites" (1992), que revisa y actualiza los resultados del modelo de 1972 a la luz de nuevos datos. Es conocido por su trabajo continuo en temas relacionados con el desarrollo sostenible y por destacar la importancia de los límites planetarios en las decisiones económicas y sociales.
Detengámonos aquí en el análisis
del informe "Los Límites del Crecimiento" (LC),[7] publicado en marzo de 1972,
también conocido como Informe Meadows, considerado un hito en el proceso
de toma de conciencia sobre la existencia de límites para el crecimiento.
Los límites biofísicos: El
Informe Meadows
Este informe fue elaborado por un
equipo de científicos del System Dynamics Laboratory del Instituto de
Tecnología de Massachusetts (MIT) [8]
por encargo del Club de Roma,[9]
con el objeto de realizar un estudio sobre las tendencias y los problemas
económicos que amenazaban a la sociedad global.
Para realizar simulaciones sobre
la posible evolución de las sociedades industriales, el equipo del MIT adoptó
la metodología desarrollada por Jay Forrester, quien había desarrollado los
modelos World1 y World2.
Uno de los conceptos clave en el
esquema de Forrester era la idea de stock, al que consideraba como un almacén
que se podía representar con el símil de la bañera. Un bosque, una pesquería,
un yacimiento mineral son stocks que son vaciados cuando se extraen recursos de
ellos y son llenados por la reposición natural. Algunos recursos son
renovables, es decir, son llenados por la reposición natural; otros no lo son o
tienen ritmos muy lentos de llenado. De esta manera el modelo está hecho de
cajas, flechas y válvulas. Las cajas se denominan "existencias" y las
flechas se denominan "flujos". Si hay dos cajas conectadas entre sí,
las existencias pueden fluir de una caja a la otra dependiendo de la diferencia
de potencial.
Los resultados que obtuvo Forrester con World1 y World2
fueron realmente sorprendentes. La solución no era “más de” sino “menos de”.
Los modelos mostraban que estábamos creciendo exponencialmente y alcanzaríamos
los límites del crecimiento a lo largo del siglo XXI.
World1 (1970) fue el primer modelo
global desarrollado por Forrester como parte de su trabajo en la dinámica de
sistemas. Fue un intento inicial de simular el comportamiento de los sistemas
económicos y sociales a escala planetaria. Utilizaba ecuaciones diferenciales
para modelar la relación entre variables clave, como la población, la
producción industrial, los recursos naturales, la contaminación y la
disponibilidad de alimentos. Sus características principales fueron una
estructura relativamente simple en comparación con los modelos posteriores y la
modelación de la interacción entre un número limitado de variables globales
interconectadas. Se utilizó para hacer simulaciones a largo plazo, observando
cómo cambios en las tasas de crecimiento o el uso de recursos podían afectar el
sistema global. Forrester lo creó como una demostración inicial de cómo los
modelos de dinámica de sistemas podían aplicarse para comprender el crecimiento
mundial y la sostenibilidad. Fue presentado al Club de Roma como una herramienta
para analizar los problemas globales.
World2 (1971) fue una versión mejorada
y más compleja del modelo World1. Después de las discusiones iniciales
con el Club de Roma, Forrester refinó el modelo para incluir más variables y
mejorar la precisión de las interacciones entre los diferentes componentes del
sistema global.
Las mejoras
con respecto a World1 fueron la inclusión de un enfoque más detallado
sobre el agotamiento de recursos, la contaminación y el crecimiento de la
población. También se mejoró la estructura de los bucles de retroalimentación,
que permitieron un análisis más dinámico de cómo las acciones humanas (como el
crecimiento industrial) podían generar consecuencias no deseadas (como el
aumento de la contaminación o la disminución de los recursos naturales).
Forrester publicó sus hallazgos
en el libro "World Dynamics" (1971), que presentaba el modelo World2.
En este libro, Forrester sugirió que el crecimiento económico y poblacional
desenfrenado, sin tener en cuenta los límites ecológicos, llevaría
inevitablemente a una crisis global en el futuro mostrando que, si las
tendencias económicas y demográficas continuaban sin cambios, la humanidad
enfrentaría un colapso global antes del año 2100 debido al agotamiento de los
recursos y el aumento de la contaminación. También argumentó que los gobiernos
y las sociedades debían adoptar políticas más sostenibles para evitar estos
resultados.
Los modelos World1 y World2
fueron fundamentales en el proceso que llevó al Club de Roma a encargar el
desarrollo de un modelo más detallado y complejo, lo que resultó en el modelo World3,
utilizado en el informe "Los límites del crecimiento". Este informe
fue una versión más elaborada del trabajo inicial de Forrester y generó un
amplio debate global sobre los límites del crecimiento económico y la
sostenibilidad.
El modelo World3 desarrollado
por el equipo del MIT estaba integrado por setenta y siete ecuaciones
básicas que relacionaban cinco variables fundamentales: población, producción
agrícola, recursos naturales, producción industrial y contaminación. Además de
incluir más variables, mejoraba el detalle de los bucles de retroalimentación y
las interacciones entre los diferentes componentes del sistema global
permitiendo simulaciones más realistas y precisas.
Al analizar conjuntamente estas
variables, la estructura del modelo resultaba sumamente compleja, como se puede
observar en el siguiente esquema:
Las cinco variables seleccionadas
para el estudio mostraban un patrón de crecimiento exponencial.
El crecimiento exponencial
Una visión que ayuda a comprender la cuestión de
los límites naturales del crecimiento exponencial es la de los microbiólogos.
Ellos conocen detalladamente los procesos de crecimiento de los microorganismos
y no se sorprenden cuando en minutos o algunas horas ven pasar ante sus ojos
todas las etapas de crecimiento de una población de bacterias. Ellos preparan
en una caja de Petri un medio rico en nutrientes y siembran una cepa. Observan
lo que se denomina la fase de adaptación caracterizada por un lento crecimiento
que les permite adaptarse a este medio intacto. Luego se sorprenden con una
inusitada aceleración del crecimiento de la población. Ello es señal que
habiéndose adaptado al medio la población inicia una fase de crecimiento
exponencial en la que los nutrientes son metabolizados a la máxima velocidad
posible. Pero como el medio es finito y los nutrientes se agotan, el
crecimiento se estanca y la población recorre una fase estacionaria de
crecimiento en la que reduce drásticamente su actividad metabólica y comienza a
utilizar como fuente energética las reservas. Esta fase estacionaria es un
período de transición desde el rápido crecimiento a un estado de respuesta a
una situación de estrés. Finalmente sobreviene lo inevitable, la población
alcanza la fase de muerte o declinación en la que la tasa de destrucción supera
la tasa de crecimiento.
Con los datos obtenidos en sus observaciones, los
microbiólogos dibujan sus gráficas con las que ilustran el proceso descripto.
Gráficas que típicamente adoptan el siguiente esquema:
A lo largo de este vertiginoso proceso de
crecimiento poblacional se verifica el cumplimiento de leyes científicas
básicas: la Ley del mínimo de Liebig, la Ley de los Rendimientos
Decrecientes, la Ley de Entropía. También se visualiza la función
exponencial que explica el tamaño de cualquier cosa que está en continuo
crecimiento y se verifica que la dinámica exponencial -en un ambiente finito-
no se puede mantener y su comportamiento típico es el de sobregiro y colapso.
Dado que gran parte del informe Meadows trata sobre
las causas e implicaciones de las curvas de crecimiento exponencial, resulta
importante describir las características generales de la función exponencial.
Se trata de una función matemática que describe el
tamaño de algo que crece sostenidamente. Si, por ejemplo, tal crecimiento fuera
de un 5% anual, podemos calcular el tiempo necesario para alcanzar un 100% de
crecimiento, o sea, duplicar el tamaño inicial de lo que está creciendo a una
tasa del 5% anual. Ese tiempo de duplicación se calcula dividiendo 70 por el
porcentaje de crecimiento por unidad de tiempo.[10]
En nuestro ejemplo de 5% anual el tiempo de duplicación será de 14 años.
Pero no
solo se puede crecer exponencialmente, también se puede decrecer de la misma
manera y esto es particularmente importante cuando consideramos la cuestión de
las reservas finitas de recursos naturales. Los hielos del Ártico, por ejemplo,
están experimentando un decrecimiento exponencial. Comparando recientes
temporadas de deshielo con los registros históricos que abarcan más de 1400
años vemos que los hielos del mar Ártico se encuentran en caída libre. Muchos
científicos creen que el Océano Ártico quedará libre de hielo en verano en una
o dos décadas más. La última vez que el Ártico quedó completamente libre de
hielo en verano fue hace 125.000 años.
Un
recurso no renovable que a la tasa actual de consumo tardaría 10.000 años en
llegar a su agotamiento, con una tasa anual de crecimiento del 10% de consumo
reduce su tiempo de agotamiento a tan solo 69 años.
Por otra
parte, se debe tener en cuenta que, físicamente, la función exponencial siempre
es transitoria y las posibles “salidas” de un crecimiento exponencial son: una
sigmoide, oscilaciones o colapso.
Bartlett,[12]
recurre al crecimiento de una colonia de bacterias para visualizar
qué ocurre cuando se verifica un crecimiento sostenido en un ambiente finito:
Las bacterias crecen por división de modo que 1
bacteria se convierte en 2, las 2 se dividen para dar 4, las 4 se dividen para
dar 8, etc. Considere una cepa hipotética de bacterias para la cual el tiempo
de división es de 1 minuto. El número de bacterias crece exponencialmente con
un tiempo de duplicación de 1 minuto. Se pone una bacteria en una botella a las
11:00 a.m. y se observa que la botella está llena de bacterias a las 12:00 del
mediodía. Aquí hay un ejemplo simple de crecimiento exponencial en un entorno
finito. Esto es matemáticamente idéntico al caso del consumo exponencialmente
creciente de nuestros recursos finitos de combustibles fósiles. Tenga esto en
cuenta mientras reflexiona sobre tres preguntas sobre la bacteria:
(1) ¿Cuándo estuvo la botella medio llena?
Respuesta: 11:59 am!
(2) Si fueras una bacteria promedio en la botella,
¿en qué momento te darías cuenta por primera vez de que te estás quedando sin
espacio? Respuesta: No hay una respuesta única a esta pregunta, así que
preguntemos: Respuesta: "A las 11:55 a. m., cuando la botella está llena
solo al 3 % (1/32) y tiene un 97 % de espacio abierto, ¿percibiría que había un
problema?" Hace algunos años, alguien escribió una carta a un periódico de
Boulder para decir que no había ningún problema con el crecimiento de la
población en Boulder Valley. La razón dada fue que había 15 veces más espacio
abierto que el que ya se había desarrollado. Cuando uno piensa en las bacterias
en la botella, ¡ve que el tiempo en Boulder Valley fue 4 minutos antes del
mediodía! Ver la siguiente Tabla.
Los últimos
minutos en la botella
|
Hora |
lleno |
vacío |
|
11:54
am |
1/64
(1,5%) |
63/64 |
|
11:55
am |
1/32
(3%) |
31/32 |
|
11:56
am |
1/16
(6%) |
15/16 |
|
11:57
am |
1/8
(12%) |
7/8 |
|
11:58
am |
1/4
(25%) |
3/4 |
|
11:59
am |
1/2
(50%) |
1/2 |
|
12:00
am |
100% |
0% |
Supongamos que a las 11:58 a. m. unas bacterias
hipermétropes se dan cuenta de que se están quedando sin espacio y, en
consecuencia, con un gran gasto de esfuerzo y dinero, se lanzan a la búsqueda
de nuevas botellas. Miran en alta mar en la plataforma continental exterior y
en el Ártico, y a las 11:59 a. m. descubren tres nuevas botellas vacías.
Grandes suspiros de alivio salen de todas las bacterias preocupadas, pues este
magnífico descubrimiento triplica el número de botellas que hasta ahora se
habían conocido. El descubrimiento cuadruplica el recurso espacial total
conocido por la bacteria. Seguramente esto solucionará el problema para que las
bacterias puedan ser autosuficientes en el espacio. El "Proyecto
Independencia" bacteriano ahora debe haber logrado su objetivo.
(3) ¿Cuánto tiempo puede continuar el crecimiento
bacteriano si los recursos espaciales totales se cuadriplican? Respuesta: ¡Dos
tiempos más de duplicación (minutos)! Ver la siguiente Tabla que muestra el
efecto del descubrimiento de tres nuevas botellas.
|
Hora |
Botella
1 |
Botella
2 |
Botella
3 |
Botella
4 |
|
11:58
am |
1/4
llena |
0%
llena |
0%
llena |
0%
llena |
|
11:59
am |
1/2
llena |
0%
llena |
0%
llena |
0%
llena |
|
12:00
am |
100%
llena |
0%
llena |
0%
llena |
0%
llena |
|
12:01
am |
100%
llena |
100%
llena |
0%
llena |
0%
llena |
|
12:02
am |
100% llena |
100%
llena |
100%
llena |
100%
llena |
¡Cuadruplicar el recurso extiende la vida útil del
recurso en solo dos veces! Cuando el consumo crece exponencialmente, ¡se
consumen enormes aumentos de recursos en muy poco tiempo!
De todo
lo anterior se puede concluir que tasas modestas de crecimiento continuo de un
número de cosas acaban dando rápidamente cantidades colosales; que el
crecimiento continuo, aplicado al consumo de recursos no renovables, lleva a su
rapidísimo agotamiento y que incluso, si el ritmo supera las tasas de
renovabilidad, puede llegar al agotamiento de aquellos recursos considerados
renovables; que el crecimiento continuo de la contaminación rápidamente puede
saturar la capacidad de los sumideros naturales, desatando procesos que
amenazan la supervivencia y que la mayoría de la gente, particularmente las
clases dirigenciales y sus tecnoburocracias, no tiene la menor idea o prefieren
ignorar los efectos del crecimiento continuo.[13]
Los escenarios prospectivos
El informe Meadows, presentó doce
escenarios prospectivos. Estos escenarios fueron utilizados para explorar
diferentes futuros posibles en función de cómo la humanidad gestionaba el
crecimiento de la población, el uso de los recursos naturales y las políticas
de sostenibilidad.
En las figuras correspondientes a
cada uno de los escenarios, las que se agregan a continuación, la escala
horizontal muestra el tiempo en años desde 1900 hasta 2100. Con la computadora se
ha trazado el progreso a lo largo del tiempo de ocho indicadores:
A continuación, se describen los doce escenarios prospectivos.
|
Descripción |
Resultado |
|
|
DE REFERENCIA: "BUSINESS
AS USUAL" (BAU) O MODELO MUNDIAL ESTÁNDAR |
La simulación del "modelo
estándar" del mundo asume que no hay cambios significativos en las
relaciones físicas, económicas o sociales que históricamente han gobernado el
desarrollo del sistema mundial. Todas las variables trazadas aquí siguen los
valores históricos desde 1900 hasta 1970. |
La producción de alimentos, la
producción industrial y la población crecen exponencialmente hasta que la
base de recursos, que disminuye rápidamente, obliga a una desaceleración en
el crecimiento industrial. Debido a los retrasos naturales en el sistema,
tanto la población como la contaminación continúan aumentando durante algún
tiempo después del pico de la industrialización. Finalmente, el crecimiento
de la población se detiene por un aumento en la tasa de mortalidad debido a
la disminución de los servicios alimentarios y médicos. |
|
|
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|
Escenario II |
Descripción |
Resultado |
|
MODELO MUNDIAL CON LAS RESERVAS
DE RECURSOS NATURALES DUPLICADAS |
Para probar la suposición del
modelo sobre los recursos disponibles, duplicamos las reservas de recursos en
1900, manteniendo todas las demás suposiciones idénticas a las de la
simulación estándar. |
Ahora la industrialización
puede alcanzar un nivel más alto, ya que los recursos no se agotan tan
rápidamente. Sin embargo, la mayor actividad industrial libera contaminación
a un ritmo tal que los mecanismos de absorción de la contaminación ambiental
se saturan. La contaminación aumenta muy rápidamente, causando un aumento
inmediato en la tasa de mortalidad y una disminución en la producción de
alimentos. Al final de la simulación, los recursos están gravemente agotados
a pesar de la cantidad duplicada disponible inicialmente. |
|
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||
|
Escenario III |
Descripción |
Resultado |
|
MODELO MUNDIAL CON RECURSOS
"ILIMITADOS" |
El problema del agotamiento de
recursos en el sistema del modelo mundial se elimina con dos suposiciones:
primero, que la energía nuclear "ilimitada" duplicará las reservas
de recursos que pueden ser explotadas y, segundo, que la energía nuclear
permitirá programas extensivos de reciclaje y sustitución. |
Si estos cambios son los únicos
introducidos en el sistema, el crecimiento se detiene por el aumento de la
contaminación, como sucedió en el modelo anterior. |
|
|
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|
Escenario IV |
Descripción |
Resultado |
|
MODELO MUNDIAL CON RECURSOS
"ILIMITADOS" Y CONTROLES DE CONTAMINACIÓN |
Se añade una mejora tecnológica
adicional al modelo mundial en 1975 para evitar los problemas de agotamiento
de recursos y contaminación de las simulaciones anteriores. Aquí se asume que
la generación de contaminación por unidad de producción industrial y agrícola
puede reducirse a una cuarta parte de su valor en 1970. Las políticas de
recursos son las mismas que en el modelo anterior. |
Estos cambios permiten que la
población y la industria crezcan hasta que se alcance el límite de tierras
cultivables. La cantidad de alimentos per cápita disminuye, y el crecimiento
industrial también se desacelera a medida que el capital se desvía hacia la
producción de alimentos. |
|
|
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|
Escenario V |
Descripción |
Resultado |
|
MODELO MUNDIAL CON RECURSOS "ILIMITADOS",
CONTROLES DE CONTAMINACIÓN Y AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD AGRÍCOLA |
Para evitar la crisis
alimentaria de la simulación anterior, el rendimiento promedio de la tierra
se duplica en 1975, además de aplicar las políticas de contaminación y
recursos de los modelos anteriores. |
La combinación de estas tres
políticas elimina tantas restricciones al crecimiento que la población y la
industria alcanzan niveles muy altos. Aunque cada unidad de producción
industrial genera mucha menos contaminación, la producción total aumenta lo
suficiente como para crear una crisis de contaminación que pone fin al
crecimiento. |
|
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Escenario VI |
Descripción |
Resultado |
|
MODELO MUNDIAL CON RECURSOS
"ILIMITADOS", CONTROLES DE CONTAMINACIÓN Y CONTROL DE NATALIDAD
"PERFECTO" |
En lugar de aumentar la
producción de alimentos, se prueba un aumento en la efectividad del control
de la natalidad como política para evitar el problema alimentario. |
Dado que el control de
natalidad es voluntario y no implica cambios en los valores, la población
sigue creciendo, pero más lentamente que en el MODELO MUNDIAL CON RECURSOS
"ILIMITADOS" Y CONTROLES DE CONTAMINACIÓN. Sin embargo, la crisis
alimentaria solo se pospone por una o dos décadas. |
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Escenario VII |
Descripción |
Resultado |
|
MODELO MUNDIAL CON RECURSOS
"ILIMITADOS", CONTROLES DE CONTAMINACIÓN, AUMENTO DE LA
PRODUCTIVIDAD AGRÍCOLA Y CONTROL DE NATALIDAD "PERFECTO" |
Se introducen cuatro políticas
tecnológicas simultáneas en el modelo mundial con el fin de evitar el
comportamiento de crecimiento y colapso de las simulaciones anteriores. Los
recursos se explotan completamente y el 75 % de los utilizados se reciclan.
La generación de contaminación se reduce a una cuarta parte de su valor de
1970. Los rendimientos de la tierra se duplican y se ponen a disposición
métodos efectivos de control de natalidad para la población mundial. |
El resultado es un logro
temporal de una población constante, con un ingreso promedio per cápita a
nivel mundial que casi alcanza el nivel actual de EE.UU. Sin embargo, el
crecimiento industrial finalmente se detiene, la tasa de mortalidad aumenta,
los recursos se agotan, la contaminación se acumula y la producción de
alimentos disminuye. |
|
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Escenario VIII |
Descripción |
Resultado |
|
MODELO MUNDIAL CON POBLACIÓN
ESTABILIZADA |
En esta simulación por
computadora, las condiciones en el sistema del modelo son idénticas a las de
la simulación estándar, excepto que la población se mantiene constante
después de 1975 al igualar la tasa de natalidad con la tasa de mortalidad. |
El bucle de retroalimentación
positiva que queda sin restricciones en el sistema, relacionado con el
capital industrial, continúa generando un crecimiento exponencial de la
producción industrial, los alimentos y los servicios per cápita. El
agotamiento eventual de los recursos no renovables provoca un colapso
repentino del sistema industrial. |
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Escenario IX |
Descripción |
Resultado |
|
MODELO MUNDIAL CON POBLACIÓN Y
CAPITAL ESTABILIZADOS |
A la política de estabilización
del modelo anterior se añade la restricción del crecimiento del capital,
exigiendo que la inversión de capital sea igual a la depreciación. |
Al detenerse el crecimiento
exponencial, se alcanza un estado temporalmente estable. Sin embargo, los
niveles de población y capital en este estado son lo suficientemente altos
como para agotar rápidamente los recursos, ya que no se han asumido tecnologías
que conserven los recursos. A medida que la base de recursos disminuye, la
producción industrial también disminuye. Aunque la base de capital se
mantiene al mismo nivel, la eficiencia del capital disminuye, ya que se debe
destinar más capital a la obtención de recursos que a la producción de bienes
utilizables. |
|
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Escenario X |
Descripción |
Resultado |
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MODELO MUNDIAL ESTABILIZADO I |
Se añaden políticas
tecnológicas a las políticas de regulación del crecimiento de la simulación
anterior para producir un estado de equilibrio sostenible a largo plazo. Las
políticas tecnológicas incluyen el reciclaje de recursos, dispositivos de
control de la contaminación, aumento de la vida útil de todas las formas de
capital y métodos para restaurar suelos erosionados e infértiles. Los cambios
en los valores incluyen un énfasis mayor en alimentos y servicios en lugar de
en producción industrial. |
Al igual que en la figura del
modelo anterior, las tasas de natalidad se igualan con las tasas de
mortalidad y la inversión en capital industrial se iguala con la depreciación
del capital. El valor de equilibrio de la producción industrial per cápita es
tres veces el promedio mundial de 1970. |
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Escenario XI |
Descripción |
Resultado |
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MODELO MUNDIAL ESTABILIZADO II |
Si se eliminan las estrictas
restricciones al crecimiento de la simulación anterior y la población y el
capital se regulan dentro de los retrasos naturales del sistema. Aquí se
asume que se logra un control de natalidad perfectamente efectivo y un tamaño
familiar promedio deseado de dos hijos para 1975. |
El nivel de equilibrio de la
población es más alto y el nivel de producción industrial per cápita es más
bajo que en la figura anterior. La tasa de natalidad solo se acerca
lentamente a la tasa de mortalidad debido a los retrasos inherentes en la
estructura por edades de la población. |
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Escenario XII |
Descripción |
Resultado |
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MODELO MUNDIAL
CON POLÍTICAS DE ESTABILIZACIÓN INTRODUCIDAS EN EL AÑO 2000 |
Si todas las políticas
implementadas en 1975 en la figura anterior se retrasan hasta el año 2000, el
estado de equilibrio ya no es sostenible. |
La población y el capital
industrial alcanzan niveles lo suficientemente altos como para crear escasez
de alimentos y recursos antes del año 2100. |
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Conclusiones
del informe Meadows
Los resultados más pesimistas,
como los escenarios de colapso, sirvieron de advertencia sobre los peligros de
continuar con las tendencias de crecimiento económico y poblacional sin tomar
en cuenta los límites planetarios. En base a ellos, en el informe se incluyen
tres conclusiones:
1. Si las tendencias actuales de
crecimiento en la población mundial, la industrialización, la contaminación, la
producción de alimentos y el agotamiento de los recursos continúan sin cambios,
los límites del crecimiento en este planeta se alcanzarán en algún momento
dentro de los próximos cien años. El resultado más probable será un declive
bastante repentino e incontrolable tanto en la población como en la capacidad
industrial.
2. Es posible alterar estas
tendencias de crecimiento y establecer una condición de estabilidad ecológica y
económica que sea sostenible a largo plazo. El estado de equilibrio global
podría diseñarse de manera que se satisfagan las necesidades materiales básicas
de cada persona en la Tierra y que cada persona tenga una oportunidad igual de
realizar su potencial humano individual.
3. Si los pueblos del mundo deciden
esforzarse por este segundo resultado en lugar del primero, cuanto antes
comiencen a trabajar para alcanzarlo, mayores serán sus posibilidades de éxito.
Finalmente, los autores del
informe Meadows manifiestan que su esperanza es que el informe sirva para
interesar a otras personas, en muchos campos de estudio y en muchos países del
mundo, a ampliar los horizontes espaciales y temporales de sus preocupaciones y
a unirse a nosotros en la comprensión y preparación para un período de gran
transición: la transición del crecimiento al equilibrio global.
Es de
hacer notar que la única modificación de los
datos introducidos en el ordenador que conseguía eliminar la crisis consistía
en: la igualación inmediata de las tasas de natalidad y mortalidad en todo el
mundo; la detención del proceso de acumulación de capital y el destino de todas
las inversiones exclusivamente a la renovación del capital existente,
orientándolo a un uso más eficiente de recursos y menos contaminante. No
obstante, se advertía que ese freno brusco en el crecimiento de la población y
del capital debía producirse antes del año 1985.
El acta fundacional de la Ecología Política
En el informe Meadows se
incluyeron las conclusiones del Comité Ejecutivo del Club de Roma, [14] uno de cuyos párrafos puede ser
considerado el acta fundacional de la Ecología Política:
Estamos convencidos de que tomar conciencia de las restricciones
cuantitativas del ambiente mundial y de las consecuencias trágicas de un exceso
es esencial para el inicio de nuevas formas de pensamiento que conduzcan a una
revisión fundamental de la conducta humana y, en consecuencia, de la estructura
entera de la sociedad actual. (1972: 190)
La Carta Mansholt
Sicco Mansholt, quien era
comisario europeo de Agricultura y vicepresidente de la Comisión Europea, en
respuesta al informe "Los límites del crecimiento" del Club de Roma
en 1972 escribió una carta dirigida al presidente de la Comisión Europea,
Franco Maria Malfatti, para expresar su preocupación por las políticas de
crecimiento indiscriminado y para proponer un enfoque radicalmente distinto.
Esta carta marcó un giro importante en la postura de Mansholt, quien
anteriormente había promovido políticas agrícolas de modernización y aumento de
la producción en Europa, pero a raíz del informe cambió su perspectiva hacia la
sostenibilidad y la limitación del crecimiento.
Mansholt, impactado por los hallazgos del informe Meadows, redactó esta
carta entre cuyos puntos principales podemos mencionar su cuestionamiento a la
idea dominante de que el crecimiento económico debería ser el objetivo
principal de las políticas gubernamentales, señalando que la búsqueda del
crecimiento continuo, sin tener en cuenta los límites naturales y la capacidad
del planeta, era insostenible. Otro aspecto destacable es su preocupación por
el impacto ambiental del crecimiento económico, señalando que el deterioro del
ambiente, el agotamiento de los recursos naturales y la contaminación no podían
ser ignorados y que Europa debía actuar para frenar estos problemas.
A partir de lo anterior surge su propuesta de un cambio en las políticas
agrícolas planteando que debían reconsiderarse las políticas a la luz de los
límites del crecimiento. Criticó la sobreproducción y sugirió que las prácticas
agrícolas debían orientarse hacia una producción más sostenible.
También
formuló un llamado a reducir el consumo y modificar el estilo de vida de los
europeos, sugiriendo que el consumo excesivo era uno de los factores que
impulsaba la sobreexplotación de los recursos naturales. Propuso que los
ciudadanos debían consumir de manera más responsable y reducir su huella
ecológica.
En línea con las recomendaciones
del informe Meadows, Mansholt subrayó la importancia de estabilizar el
crecimiento de la población, ya que este era un factor clave en la presión
sobre los recursos naturales. Abogó por políticas para controlar el crecimiento
demográfico en los países europeos.
Mansholt propuso que las
decisiones económicas y políticas de la Comunidad Europea incluyeran criterios
ecológicos, reconociendo los límites del planeta y la necesidad de proteger el
ambiente para las generaciones futuras.
Finalmente sugirió que el
crecimiento económico había beneficiado desproporcionadamente a los sectores
más ricos de la sociedad, mientras que los más pobres seguían sufriendo. Abogó
por una economía más equitativa y sostenible que no solo buscara la eficiencia
económica, sino también la justicia social.
La Carta Mansholt fue un llamado
a una transición hacia una economía más sostenible y equitativa, anticipando
muchas de las discusiones que hoy dominan la política ambiental y de
sostenibilidad. Aunque en su tiempo fue recibida con escepticismo y críticas,
especialmente por parte de quienes defendían el crecimiento económico
tradicional, su influencia se puede ver en el debate posterior sobre el
desarrollo sostenible y la política agrícola en Europa.
Aunque Mansholt no logró
implementar completamente sus ideas radicales en el corto plazo, su carta sentó
las bases para futuros debates sobre los límites del crecimiento y la necesidad
de una gestión más sostenible de los recursos.
Respuestas
a las críticas a la Dinámica de Sistemas como base del Informe Meadows
La Dinámica de Sistemas ha recibido varias críticas, tanto desde un punto
de vista técnico como desde la perspectiva política y filosófica. A
continuación, se enumeran algunas de las críticas más comunes.
Una primera crítica consiste en considerar que los modelos de dinámica
de sistemas, como los utilizados en el informe "Los límites del
crecimiento", a menudo simplifican el comportamiento de sistemas
complejos al reducirlos a unas pocas variables clave (población, recursos,
contaminación, etc.). Esto puede llevar a la omisión de factores importantes
que podrían alterar los resultados. Frente a ello se argumenta que simplificar
es necesario para entender la interacción fundamental entre los elementos
principales.
También se critica que a menudo los modelos
utilizados se basan en supuestos fijos sobre el comportamiento humano, la
tecnología y la disponibilidad de recursos. Estos supuestos pueden ser
demasiado estáticos y no reflejan la capacidad humana de adaptarse e innovar en
respuesta a las crisis. Así, por ejemplo, en los escenarios del informe
Meadows, se asumió que la tecnología no mejoraría significativamente más allá
de ciertos niveles, lo cual algunos críticos ven como un error, ya que el
progreso tecnológico podría mitigar o resolver algunos de los problemas
previstos. Frente a ello, se reconoce la incertidumbre inherente, pero se debe
entender que el propósito de los modelos es identificar tendencias generales y
posibles puntos de colapso si no se cambia la dirección actual.
La precisión de los resultados de los modelos de
dinámica de sistemas depende de la calidad y exactitud de los datos que
alimentan el modelo y algunos críticos han argumentado que los datos utilizados
en ciertos modelos, como los del informe "Los límites del crecimiento",
eran insuficientes o incorrectos. Así, por ejemplo, las predicciones de
colapso en el informe Meadows fueron cuestionadas porque se basaron en
estimaciones de agotamiento de recursos que luego resultaron ser inexactas o
demasiado pesimistas. Frente a ello y a pesar de estas
imprecisiones, se debe contemplar que el informe no se centraba en predecir
fechas exactas, sino en señalar la tendencia general hacia una crisis si no se
modificaban los patrones de crecimiento.
Se ha criticado también a la dinámica de sistemas por no tener en cuenta
adecuadamente la capacidad humana de adaptarse a nuevas circunstancias,
desarrollar nuevas tecnologías y encontrar soluciones innovadoras a problemas
emergentes. Los críticos argumentan que la humanidad ha demostrado una
gran capacidad de adaptación a lo largo de la historia, superando problemas de
escasez a través de la innovación, lo que sugiere que los escenarios pesimistas
del colapso pueden no materializarse. Aunque los modelos de dinámica de
sistemas no ignoran la innovación, tienden a subrayar los límites físicos del
planeta, que no pueden superarse solo con tecnología, especialmente si se asume
un crecimiento exponencial.
Algunos críticos han señalado que los modelos de
dinámica de sistemas tienen un sesgo implícito hacia el decrecimiento o el
control centralizado de la economía y la población. Esto ha generado críticas
desde perspectivas tanto liberales como conservadoras. Desde una perspectiva
liberal se argumenta que estos modelos tienden a subestimar el potencial del
mercado para encontrar soluciones a los problemas mediante la innovación y el
comercio. Desde una perspectiva conservadora, algunos críticos consideran que la
dinámica de sistemas promueve una visión tecnocrática y centralizada del mundo,
donde se aboga por la intervención gubernamental a gran escala para controlar
la población y el uso de los recursos. Frente a tales críticas los autores de
los modelos responden que su objetivo es señalar los límites biogeofísicos del
planeta y que las soluciones políticas derivadas no son una prescripción fija,
sino un llamado a la acción coordinada.
La dinámica de sistemas ha sido criticada por algunos como alarmista, ya
que muchos de los escenarios presentados en modelos como World3 sugieren
un colapso global si no se adoptan medidas drásticas. Los críticos
apuntan a que, a pesar de los escenarios de colapso proyectados en los años 70,
el mundo no ha experimentado un colapso tan rápido o severo, y algunos de los
recursos que se creían críticos (como el petróleo) no se agotaron tan rápido
como se predijo. Los defensores del modelo argumentan que el propósito de los
escenarios no era predecir fechas exactas del colapso, sino ilustrar lo que
podría ocurrir si las tendencias continuaban sin cambios. Además, algunos
aspectos, como el cambio climático, están comenzando a materializar las
advertencias de los modelos.
La dinámica de sistemas a menudo trata a la humanidad como un conjunto
homogéneo, subestimando la complejidad de los factores políticos y sociales que
pueden influir en la respuesta a los problemas globales. Las decisiones
políticas, la distribución de poder y las tensiones entre países y grupos
sociales juegan un papel crucial en la implementación de políticas sostenibles,
algo que los modelos puramente técnicos de dinámica de sistemas no siempre
reflejan adecuadamente. Frente a ello, los modelos se centran en las dinámicas
físicas y económicas, pero reconocen que los aspectos sociales y políticos son
clave para la implementación de soluciones, aunque son difíciles de modelar con
precisión.
Aunque los modelos de dinámica de sistemas pueden
identificar bucles de retroalimentación y tendencias a largo plazo, algunos
críticos señalan que no siempre pueden prever eventos catastróficos no
lineales, como guerras, desastres naturales o cambios bruscos en la política.
Un ejemplo lo tenemos con la pandemia de COVID-19, que alteró drásticamente las
dinámicas económicas y sociales, es un ejemplo de un evento no previsto por los
modelos de dinámica de sistemas globales. Frente a ello se debe considerar que
los modelos no pretenden predecir eventos específicos, sino más bien tendencias
a largo plazo y puntos críticos en los que el sistema global puede volverse
inestable.
Las críticas a la dinámica de sistemas se centran en la simplificación,
la falta de precisión en los datos, la subestimación de la innovación humana y
el sesgo ideológico. Sin embargo, sigue siendo una herramienta valiosa para
visualizar interacciones complejas y alertar sobre los riesgos a largo plazo de
ignorar los límites planetarios. Como toda herramienta, su efectividad depende
de cómo se utilice y de los datos con los que se alimente.
Muy bien lo resume Edgard Morin cuando afirma que:
Es verdad que sus métodos de
cálculo fueron simplistas, pero el objetivo del informe Meadows constituía un
primer esfuerzo por considerar en conjunto el devenir humano y el biológico a
escala planetaria. Del mismo modo, los primeros mapas establecidos en la Edad
Media por los navegantes árabes comportaban enormes errores en la situación y
la dimensión de los continentes, pero constituían el primer esfuerzo para
concebir el mundo.[15]
La
demonización del Informe Meadows
Considerado una herejía contra el
progreso, el Informe Meadows y su crítica al dogma del crecimiento provocaron
un verdadero escándalo en todos los ámbitos de la política tradicional. Ugo
Bardi proporcionó una detallada descripción del proceso de demonización de LTG
en su obra publicada en 2011. [16]
Bardi destaca que el Informe
Meadows surgió en un contexto en el que el mundo, tras el final de la Segunda
Guerra Mundial, experimentaba más de dos décadas de crecimiento continuo. En la
década de 1970, en un clima de optimismo desbordante, se creía ampliamente que
cualquier límite al crecimiento, en caso de existir, estaba lejos en el futuro,
y que la tecnología estaría allí para salvarnos. La idea predominante era que
el futuro solo podía ser brillante para siempre.
No sorprende entonces que cuando
se presentaron las conclusiones del Informe Meadows, que preveían un futuro
menos brillante, la reacción inicial fuera de sorpresa, seguida de debates y
críticas. Sin embargo, pronto estas críticas se convirtieron en un rechazo
total, relegando el informe al olvido.
Los debates tempranos surgieron
en la misma década de 1970, cuando William Nordhaus (1973) y el "Grupo de
Sussex" (1973) plantearon observaciones al informe sin poder demostrar que
sus supuestos básicos fueran defectuosos. Lo notable de estas críticas fue su
agresividad, llegando a convertirse en ataques políticos más que científicos,
con ataques personales e incluso insultos, violando las normas básicas del
debate científico. Por ejemplo, el editor de la revista que publicó el artículo
de Nordhaus en 1973 se negó a publicar una refutación.
Georgescu-Roegen, [17]
describe detalladamente las críticas despiadadas hechas por los economistas
convencionales, que llegaron incluso a usar insultos directos o velados contra
el informe Meadows. Menciona que, por ejemplo, The Economist calificó el
informe como el summum de la estupidez pasada de moda. También menciona
el caso de Wilfred Beckerman, quien lo consideraba una osada expresión de la
estupidez.
Al analizar caso por caso las
críticas a los métodos empleados en el Informe Meadows, Georgescu-Roegen
demuestra que se criticaba el uso de simulaciones y modelos analíticos, métodos
admitidos habitualmente en el campo de la econometría. Concluye que, al revisar
estas críticas peculiares, parece que los críticos economistas se estaban
ajustando al adagio latino: quod licet Jovi non licet bovi (lo que se
permite a Zeus no se permite al buey).
Georgescu-Roegen señala que fuera
de los economistas convencionales, el informe fue recibido con la debida
apreciación y ciertamente no en términos vituperables. Destaca que el veredicto
más sensato es que, a pesar de sus imperfecciones, el documento está lejos de
ser pura frivolidad.
Una de las críticas más
vehementes al Informe Meadows se produjo en Latinoamérica, donde fue mayormente
percibido como un ataque directo a la noción de progreso continuado. Una frase
que se convirtió en un escudo contra esta "absurda" propuesta de
cuestionar los límites del crecimiento fue: "La pobreza es el primer
problema ambiental de Latinoamérica".
Un ejemplo destacado es el Modelo
Mundial Latinoamericano, [18]
elaborado por la Fundación Bariloche y presentado en la Asamblea General del
Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) en 1975, donde se
rechazaba la idea de límites al crecimiento. Este modelo sostenía que los
recursos eran abundantes y confiaba en el desarrollo de nuevas tecnologías,
depositando su fe en la manipulación tecnológica del entorno y en la energía
nuclear. Además, minimizaba la importancia de la contaminación, considerándola
controlable, y subestimaba los límites de la disponibilidad de tierras de
cultivo, apostando por aumentos de productividad o la expansión de la frontera
agropecuaria. En resumen, el informe de la Fundación Bariloche intentaba
demostrar que, en el futuro previsible, no existían límites físicos absolutos
en cuanto a recursos naturales no renovables, energía y contaminación.
Resulta interesante observar las
conclusiones del informe de la Fundación Bariloche sobre la cuestión de los
límites al crecimiento en Latinoamérica en la década de 1970. Según el informe,
resultaba imposible determinar la cantidad total de recursos no renovables
existentes en el planeta, debido a la complejidad y extensión de la corteza
terrestre y a las limitaciones del conocimiento humano. Sin embargo, se
estimaba que las reservas minerales disponibles podrían durar varios siglos a
los niveles de consumo previsibles, incluyendo el carbón y los hidrocarburos,
mientras que los combustibles nucleares se consideraban una fuente energética
prácticamente indefinida, gracias a las reservas potenciales de uranio y torio.
A finales de la década de 1980,
se destacó la crítica burlona de Ronald Bailey (1989), editor científico de la
revista Forbes, dirigida contra Jay Forrester, el padre de la dinámica de
sistemas, y contra el propio informe al afirmar que estaba tan tercamente
equivocado como es posible estarlo. Al analizar las críticas de Bailey, Ugo
Bardi detalló todos los errores en los que incurrió, descalificándolos
absolutamente. A pesar de esto, la crítica de Bailey, junto con los datos en
los que se basaba, se empleó como la sentencia de muerte para el informe
Meadows, incluso por parte de "prestigiosos" economistas y
científicos.
En la década de 1990, con el auge
del neoliberalismo, comenzó una etapa caracterizada por la ridiculización del
informe, una campaña de desprestigio de sus autores y un cambio decisivo hacia
las críticas políticas. Bardi cita al economista italiano Giorgio Nebbia, quien
en 1997 identificó cuatro frentes desde los cuales se lanzó la reacción contra
el informe Meadows.
Uno de los frentes fue el de
aquellos que vieron el libro como una amenaza para el crecimiento de sus
negocios e industrias. Un segundo conjunto fue el de los economistas
profesionales, que lo vieron como una amenaza a su dominio en el asesoramiento
sobre asuntos económicos. La Iglesia Católica proporcionó más municiones para
los críticos, al sentirse molesta por la sugerencia de que la superpoblación
era una de las principales causas de los problemas. Además, la izquierda
política en el mundo occidental vio el estudio como una artimaña de la clase
dominante, diseñada para engañar a los trabajadores haciéndoles creer que el
paraíso proletario no era un objetivo práctico. Sin embargo, esta lista es
claramente incompleta, omitiendo la derecha política, los defensores del
crecimiento infinito, los políticos que buscan soluciones fáciles a todos los
problemas y muchos otros actores.
Carl Sagan afirma que cuando nos
enfrentamos a predicciones ominosas que hacen referencia a fuerzas inmensas
sobre las que no es fácil ejercer influencia, mostramos una tendencia natural a
rechazarlas o no tomarlas en consideración. Como ejemplo, relata la lección de
Casandra. [19]
Casandra era la más inteligente y
hermosa de las hijas del rey Príamo. Apolo, siempre en busca de seres humanos
atractivos, se enamoró de ella. A pesar de los intentos de Apolo por seducirla,
Casandra se resistió, pero él le ofreció el don de la profecía, una oferta
irresistible que ella aceptó. Apolo cumplió su parte, pero Casandra luego
rechazó sus avances. Apolo, enfurecido, la condenó a un destino cruel: nadie
creería en sus profecías. Casandra profetizó la caída de Troya y la muerte de
Agamenón, pero nadie le creyó. La historia la llamó "la dama de las
infinitas calamidades". Para Sagan, la historia de Casandra simboliza el
rechazo irracional a la posibilidad de peligro.
Además, Sagan menciona la lección
de Creso, que representa la aceptación crédula y acrítica, basada en la
confianza ciega en que todo va bien, alentada por la codicia y otras
debilidades del carácter. Estas lecciones son aplicables al rechazo generalizado
experimentado con el Informe Meadows.
Bardi (2011) considera que, [20]
debido a nuestra tendencia a ignorar las malas noticias, hemos optado por
desatender las advertencias de colapso inminente que provienen del estudio de Los
Límites del Crecimiento. Al hacerlo, hemos perdido más de 30 años. Hoy,
estamos pasando por alto las advertencias de la ciencia del clima y podríamos
estar cometiendo un error aún peor. Aunque hay señales de que podemos estar
empezando a prestar atención a las advertencias, aún estamos actuando
insuficientemente y demasiado tarde. La maldición de Casandra sigue pesando
sobre nosotros.
A pesar de todos los esfuerzos
por ignorar la existencia de límites al crecimiento, la realidad innegable ha
llevado a una evolución en la forma en que apreciamos esta cuestión. Mientras
que en la década de 1970 se negaba rotundamente la existencia de límites, en la
década de 1980 se reconocía su existencia, aunque se señalaba que estaban tan
lejos que no valía la pena preocuparse por ellos. En la década de 1990, se
produjo otro cambio: se reconocía que los límites estaban más cerca de lo que
se pensaba, pero se confiaba en que la tecnología y los mercados podrían
sortearlos fácilmente, por lo que tampoco había necesidad de preocuparse
demasiado. En la década de 2000, se aceptaba que la tecnología y los mercados
no siempre podían eludir los límites, pero se argumentaba que la mejor política
era seguir con el crecimiento del PIB para tener más recursos para resolver los
problemas. Finalmente, en la actualidad, frente a la globalización de la triple
crisis: económica, social y ecológica, se afirma que, si hubiéramos sido
capaces de sostener el crecimiento económico, no tendríamos los problemas
actuales con los límites del crecimiento.
Es importante aclarar que en el informe
Meadows no se pretende demostrar la existencia de límites para el crecimiento
físico en un planeta finito, ya que se asume como un hecho. Más bien, se
presenta información sobre una variedad de límites físicos (agua, suelo,
metales y otros recursos) para hacer plausible la idea de los límites. Además,
se describe por qué el crecimiento de la población y la producción industrial
son inherentemente exponenciales y se demuestra que el crecimiento exponencial
rápidamente alcanza cualquier límite imaginable. Los escenarios informáticos
desarrollados muestran que las políticas actuales de crecimiento llevarán a
excesos y colapsos, no a una aproximación asintótica a los límites. Finalmente,
se sugiere que los cambios en las políticas podrían conducir a un estado
sostenible si se centran en cuestiones culturales y técnicas, y se implementan
rápidamente.
¿Los saltos tecnológicos pueden evitar el sobregiro
y colapso?
En 2006, Donella Meadows, Jørgen Randers y Dennis Meadows, [21] quienes formaron parte del equipo original de LC, reflexionaron sobre
una variable específica: el avance tecnológico. Esta dimensión fue
crucial en muchas de las críticas recibidas, como el modelo crítico propuesto
por la Fundación Bariloche. El equipo encabezado por Donella Meadows sostuvo
entonces que el comportamiento de esta variable, en términos de aceleración y producción
de "saltos tecnológicos", es insuficiente por sí misma para modificar
la generación de escenarios de colapso que arrojó el estudio en los años 1970.
Lo que conocemos como Identidad Kaya corrobora esta conclusión. [22] Esta identidad presenta una forma de visualizar el proceso y las causas
del aumento de las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero,
relacionando los factores que determinan el nivel de impacto humano sobre el
clima en forma de emisiones de dióxido de carbono. [23] Los esfuerzos por combatir el
crecimiento de estas emisiones mediante la diversificación del mix energético y
las medidas de eficiencia, mediante saltos tecnológicos, chocan frontalmente
con crecimiento de la población y del PIB per cápita, factores que
resultan preponderantes y definitorios de la cuantía de las emisiones de CO2.
Mariano Marzo demuestra que, aunque se pudiera disminuir la intensidad
de carbono de la energía y la intensidad de energía de la economía (factores
técnicos), el aumento del crecimiento del PIB per cápita y de la
demografía [factores sociales], conduce a un significativo aumento en las
emisiones globales de CO2. [24]
¿La abundancia de recursos
naturales desmienten las conclusiones del Informe Meadows?
En el año 2000, Jørgen Randers, uno de los autores de LC, admitió que
los recursos no renovables, en particular los combustibles fósiles, habían
resultado ser más abundantes de lo que se suponía en la década de 1970.
Consideró que se debía recalibrar el escenario BAU y postuló que no sería la
escasez de recursos, sino la contaminación, especialmente de los gases de
efecto invernadero, lo que causaría la detención del crecimiento. BAU2 es
entonces un escenario producto de la recalibración del original BAU, construido
con los mismos supuestos de BAU, excepto que asume el doble de la cantidad de
recursos no renovables. Sin embargo, esto no logra evitar el colapso en World3
ya que, tal como lo afirmó Randers, la causa cambia del agotamiento de los
recursos a una crisis de contaminación.
En 2021, Gaya Herrington dio seguimiento al trabajo de Graham Turner en
la evaluación de los resultados reales contra los escenarios proyectados en LC,
centrándose en cuatro de esos escenarios: Business As Usual (BAU); Business
as Usual 2 (BAU2); Tecnología Integral (CT) y Mundo Estabilizado (SW).
[25]
Herrington (2021) considera que cada uno de los cuatro escenarios (BAU; BAU2;
CT y SW) se construyeron bajo diferentes supuestos en cuanto a las condiciones
tecnológicas, sociales o de recursos, y que la causa del declive, que varía
desde una caída temporal hasta el colapso de la sociedad, también difiere para
cada uno de estos escenarios, lo cual resume en la siguiente tabla:
|
ESCENARIO |
DESCRIPCIÓN |
CAUSA |
|
BAU |
No se agregaron suposiciones a los promedios históricos. |
Colapso debido al agotamiento de los recursos naturales. |
|
BAU2 |
Duplica los recursos naturales de BAU. |
Colapso debido a la contaminación (equivalente al cambio climático). |
|
CT |
BAU2 + desarrollo tecnológico y tasas de adopción excepcionalmente
altas. |
Los costos crecientes de la tecnología eventualmente causan caídas,
pero no colapsos. |
|
SW |
CT + cambios en valores y prioridades sociales. |
La población se estabiliza en el siglo XXI, al igual que el bienestar
humano en un alto nivel. |
Fuente: Herrington (2021)
Las conclusiones de Gaya Herrington al comparar datos mundiales
empíricos con escenarios del último libro LC, creado por el modelo World3,
son las siguientes:
Los datos empíricos mostraron un
ajuste relativamente estrecho para la mayoría de las variables. Esto fue cierto
hasta cierto punto para todos los escenarios, porque en varios casos los
escenarios no divergieron significativamente hasta 2020. La trayectoria general
cercana con datos empíricos de la última versión de World3 es un
testimonio del logro del equipo LC, cuando crearon y recalibraron un modelo que
ha sido capaz de generar tendencias de interacción global con precisión tres
décadas en el futuro. Cuando los escenarios comenzaron a divergir, los que más
se alinearon con los datos empíricos fueron BAU2 y CT. Esto constituye una
ruptura con las comparaciones anteriores que utilizaron la versión anterior de World3,
que indicaba que BAU era la más seguida. El hecho de que BAU no sea el
escenario de ajuste más cercano no implica que se descarte el colapso social
según World3. El escenario que representa las disminuciones más
pequeñas, SW, es también el que menos se alinea con los datos observados.
Además, uno de los escenarios de alineación más cercanos, BAU2, muestra un
patrón de colapso. Sin embargo, el otro escenario, CT, muestra solo una
disminución moderada. En este punto, por lo tanto, los resultados indican una
desaceleración y una eventual interrupción del crecimiento dentro de la próxima
década, pero dejan abierto si la disminución subsiguiente constituirá un
colapso. Sin embargo, la sociedad global no tiene que conformarse con CT como
el mejor de los casos. Aunque SW sigue menos de cerca, todavía es posible un
cambio de trayectoria deliberado provocado por la sociedad que se dirige hacia
otro objetivo que el crecimiento. Esa ventana de oportunidad se está
cerrando rápidamente.
¿Ha resistido el mensaje del Informe
Meadows la prueba del tiempo?
Diferentes autores (Bardi, 2014;
Jackson & Weber, 2016; Simmons, 2000; Randers, 2000; Hall & Day, 2009;
Turner, 2008, 2012, 2014) han trabajado para demostrar que las dinámicas
proyectadas por World3 se estaban verificando en el mundo real. [26]
Particularmente importante
resulta el trabajo realizado por Graham Turner, quien en 2008 comparó las
proyecciones de LC con los datos del mundo real entre 1970 y 2000. Los
resultados mostraron que, en general, las proyecciones eran precisas en
términos de tendencias y patrones a largo plazo, y que las tendencias
observadas en las últimas décadas están en línea con el escenario más pesimista
presentado en el informe Meadows. [27]
En 2012, Turner actualizó su
estudio original de 2008 para cubrir el período de 40 años de 1970 a 2010. Su
trabajo se centró en verificar lo acontecido con las variables en juego y
compararlas con los resultados del modelo World3 para tres escenarios
clave desarrollados en LC: BAU (business as usual), tecnología integral
y mundo estabilizado. Turner pudo confirmar que los datos históricos desde 1970
indican que el mundo está en un camino de crecimiento insostenible, que las
tendencias a largo plazo proyectadas en LC siguen siendo válidas y que el
escenario BAU representa considerablemente bien los resultados producidos en el
mundo real. [28]
Recordemos que el escenario de
referencia, llamado Business as Usual (BAU) o Modelo Mundial Estándar,
era el que no suponía un cambio importante en las relaciones físicas,
económicas o sociales que históricamente han gobernado el desarrollo del
sistema mundial. En otras palabras, no se hacía ninguna intervención política;
se seguían haciendo negocios como de costumbre y se continuaba la expansión
humana sin restricciones. Para construirlo, todas las variables trazadas
seguían los valores históricos desde 1900 hasta 1970. A partir de 1970, los
valores de las variables son los proyectados por el programa World3,
proyecciones que muestran que los alimentos, la producción industrial y la
población crecen exponencialmente hasta que la base de recursos, que disminuye
rápidamente, obliga a una desaceleración en el crecimiento industrial.
Dennis
Meadows, [29]
unos de los autores principales de LTG afirma que:
Lo que quisimos decir en 1972 en Los límites del
crecimiento, y que sigue siendo cierto, es que sencillamente no es posible
el crecimiento físico sin fin en un planeta finito. Pasado cierto punto, el
crecimiento se detiene. O lo paramos nosotros…mediante la modificación de
nuestro comportamiento, o el planeta lo parará por nosotros. Cuarenta años más
tarde, lamento decir que básicamente no hemos hecho nada.
En 2014, Turner ratificó que el
escenario BAU generado en 1972 se alinea bien con los datos históricos
actualizados. De manera particular, considera que los problemas asociados al
Cenit del Petróleo y el análisis de la energía neta, o el retorno de la energía
invertida, respaldan el modelo de LC respecto a las restricciones de recursos
que subyacen al colapso. Para Turner, la economía mundial ha experimentado un
crecimiento sustancial desde 1970, pero gran parte de este crecimiento se ha
logrado a expensas de la calidad ambiental y los recursos naturales, lo que
sugiere que los límites físicos y biológicos del planeta están siendo
desafiados. [30]
Límites y más allá: 50 años después
En el 50 aniversario de LC (2022), editado por Ugo
Bardi y Carlos Álvarez Pereira, se publicó un nuevo informe al Club de Roma:
"Límites y más allá: 50 años después de Los límites del crecimiento,
¿qué aprendimos y qué sigue?". [31] Este informe
se centra en lo aprendido desde 1972 y en preguntas cruciales sobre el futuro
como: ¿por qué no hemos hecho nada aun sabiendo que el crecimiento continuo de
la población, la industrialización, el uso de recursos y la contaminación nos
haría sobrepasar la capacidad de carga de la Tierra? ¿Qué hemos aprendido en
los últimos 50 años? ¿Es demasiado tarde para evitar sobrepasar los límites
planetarios? ¿Qué hacemos ahora?
Entre los colaboradores de este informe
se destaca la participación de dos de los autores originales del libro de
1972, Dennis Meadows y de Jørgen Randers. Es este último quien se formula
la pregunta sobre si el informe Meadows ¿ha resistido la prueba
del tiempo? afirmando categóricamente que sí, que el mundo real ha
evolucionado como estaba previsto en el Informe.
En la misma dirección, en una
entrevista que hiciera Richard Heinberg en febrero de 2022 a Dennis Meadows
sobre el 50 aniversario de LC,[32]
Meadows afirmaba que:
…los esfuerzos que se han emprendido han
llegado en general a la conclusión de que el mundo se está moviendo a lo largo
de lo que denominamos en nuestro informe de 1972 como el escenario estándar. Es
una imagen agregada del sistema global, que muestra el crecimiento desde 1972
hasta alrededor de 2020, y luego, durante la próxima década o dos, las
principales tendencias alcanzan su punto máximo y comienzan a disminuir.
Todavía encuentro ese modelo muy útil para entender lo que leo en los
periódicos y para tratar de pensar en lo que viene a continuación.
Dennis Meadows destaca el enorme costo que
tiene ignorar los límites biofísicos, incluso para las élites que se han
beneficiado del sistema productivista. [33]
Enumera varios factores que están fuera del control de las élites y que están
creando una serie de desafíos importantes, como la disminución de la
disponibilidad de energía, la pérdida de calidad de los recursos, el aumento de
los eventos climáticos extremos, entre otros.
La frase de Donella Meadows sobre bailar
con los sistemas complejos en lugar de tratar de controlarlos o
desentrañarlos por completo es una metáfora poderosa. [34] Sugiere que debemos
aprender a vivir en armonía con los sistemas naturales y reconocer que no
podemos controlarlos por completo, pero podemos adaptarnos y trabajar con ellos
para lograr un futuro más sostenible.
En resumen, las reflexiones de Meadows y la
evaluación del escenario estándar del Informe Meadows indican que estamos
enfrentando una realidad preocupante en la que los límites biofísicos del
planeta están llegando a un punto crítico. Ignorar estos límites y continuar
con un modelo de crecimiento insostenible tendrá consecuencias graves para
todos, incluidas las élites que se benefician del sistema actual. Es
fundamental que abordemos estos problemas de manera urgente y comencemos a
planificar cómo administrar el inevitable choque contra los límites biofísicos,
que sin duda existen y que la omnipotencia tecnocrática y la mercadolatría no
podrá eludir.
¿Qué podemos esperar que ocurra?
Frente a los resultados obtenidos
en los estudios sobre el cumplimiento de las proyecciones de 1972 del informe
Meadows, debemos preguntarnos, como lo hicieron Graham Turner y Cathy
Alexander: ¿qué podemos esperar que ocurra? [35]
La respuesta se encuentra en el propio informe, que describe el escenario a
enfrentar si se cumplen las proyecciones del escenario BAU.
Resulta interesante mencionar el
análisis de Jorgen Randers en su libro "2052 - A Global Forecast for
the Next Forty Years" en el que proporciona una visión futurista
basada en las tendencias actuales. [36]
Algunos de los pronósticos importantes que hace incluyen:
- El crecimiento continuo de la población
mundial hasta alrededor de 8.1 mil millones en 2040, seguido de un
declive.
- El cambio climático seguirá siendo un problema
grave, con un aumento en la frecuencia e intensidad de eventos climáticos
extremos.
- El pico de producción de petróleo se espera
alrededor de 2020, lo que aumentará la dependencia de fuentes de energía
renovable.
- La economía global continuará creciendo, pero
a un ritmo más lento debido a la disminución de los recursos naturales y
la falta de inversión en infraestructura y tecnología.
- La tecnología avanzará, pero no será
suficiente para resolver los problemas globales si no se implementa de
manera efectiva y sostenible.
- La producción de alimentos enfrentará desafíos
debido al cambio climático y la disminución de los recursos naturales, lo
que podría provocar una escasez global de alimentos.
Randers no predice un colapso,
pero advierte sobre un rumbo de decadencia que impactará de manera diferente
entre países y regiones del mundo. Destaca que el proceso de adaptación a las
limitaciones del planeta ya ha comenzado y que, durante los próximos cuarenta
años, los esfuerzos se centrarán en limitar la huella ecológica humana. Sin
embargo, advierte que la respuesta humana podría ser demasiado lenta, y que las
emisiones de gases de efecto invernadero seguirán siendo altas, lo que
resultará en un calentamiento global descontrolado en la segunda mitad del
siglo XXI.
Los límites biofísicos: El espacio seguro para la
humanidad
Johan Rockström y su equipo, [37]
identificaron nueve áreas críticas donde la actividad económica está ejerciendo
una presión insostenible sobre la biosfera. Superar estos límites podría
acarrear consecuencias catastróficas para la estabilidad del sistema terrestre
y, por ende, para la capacidad de la Tierra de mantener condiciones habitables
para la humanidad.
Estos límites incluyen:
·
El cambio climático, donde la
concentración de dióxido de carbono en la atmósfera no debería exceder las 350
partes por millón (ppm) para evitar un cambio climático peligroso.
·
La acidificación de los océanos, que no
debe descender por debajo de un pH de 7.8 para prevenir daños irreversibles en
los ecosistemas marinos.
·
El uso del suelo, el cual no debe superar
el 15% de la superficie terrestre destinada a la agricultura, urbanización y
otras infraestructuras.
·
La pérdida de biodiversidad, manteniendo
la tasa de extinción por debajo de la natural de 10 especies por millón de
especies en la Tierra.
·
El ciclo del nitrógeno y del fósforo,
donde las actividades humanas no deben exceder los límites establecidos por los
ciclos naturales.
·
El cambio en la capa de ozono, que no debe
superar el 10% en relación con los niveles preindustriales.
·
La contaminación química, evitando
concentraciones perjudiciales para la salud humana y la biosfera.
·
El consumo humano de agua dulce, que debe
mantenerse por encima de los 4000 m3 por persona y año.
De los nueve procesos críticos para mantener la
estabilidad y resiliencia del sistema de la Tierra en su conjunto,[38] se ha
verificado que todos están muy perturbados por las actividades humanas al punto
que, en seis de ellos, se han transgredido los límites de seguridad, lo que
sugiere que la Tierra está ahora fuera del espacio operativo seguro para la
humanidad.[39]
Fuente: Azote for Stockholm Resilience Centre, Stockholm University. Based on Richardson et al. 2023, Steffen et al. 2015, and Rockström et al. 2009
Tres dinámicas disruptivas e interrelacionadas
Elaboración
propia
En este modelo simplificado vemos que la economía
recibe/toma de los ecosistemas los recursos naturales que requiere la
producción. El mantenimiento del stock finito de recursos depende de las
tasas de renovabilidad de tales recursos, algunas de las cuales, por su ritmo
temporal, permiten un aprovechamiento sostenible, en tanto que otras por su
extrema lentitud los califican en la categoría de “no renovables”.
En el otro extremo, la economía vierte a los
ecosistemas -a diferentes tasas de contaminación- los residuos originados en su
sistema de producción y consumo. Una parte de dichos residuos puede retornar
como recursos a una determinada tasa de reciclado.
A partir de la década de 1950, con el advenimiento de
la sociedad de consumo, la producción de bienes y servicios adquirió un
crecimiento exponencial al igual que las tasas de contaminación, acelerando el
agotamiento de recursos, impactando negativamente sobre las tasas de
renovabilidad natural y comenzando a saturar los sumideros naturales, a la par
que -gradualmente- se comenzaron a manifestar los límites termodinámicos al
reciclaje.
Elaboración
propia
De
esta manera y ante la falta de reconocimiento de la existencia de límites
naturales para el crecimiento emergen las consecuencias ecosociales de la razón
productivista en la forma de tres dinámicas disruptivas e interrelacionadas: el
obligado abandono del modelo energético fosilista; el cambio climático global y
la pérdida de los componentes de la diversidad biológica.
Los
debates sobre los límites del crecimiento en los clásicos
Economista, filósofo y
escritor escocés considerado uno de los fundadores de la economía moderna y uno
de los pensadores más influyentes en la historia del pensamiento económico, fue
quien sistematizó las tendencias de la economía británica durante la denominada
“Primer Revolución Industrial”, que anunciaban un verdadero cambio
revolucionario. Impregnado de un inconmensurable optimismo que se apoyaba en
una confianza ciega en la capacidad creadora del hombre, postuló que en la
división internacional del trabajo se encontraba la clave de un
"progreso" sin límites de la humanidad. Es a partir de las tesis
formuladas por Smith que da inicio un intenso debate sobre la existencia de
tales límites.
Vemos claramente que el tema fundamental de la ciencia
económica y de los economistas clásicos resultaba el "crecimiento
económico" y esta idea central se desarrollaba y en gran medida aún hoy se
desarrolla en el marco de una idea optimista del futuro. Expansión económica y
crecimiento sin límites marcan el concepto de progreso así acuñado.
Economista británico conocido por su obra "Ensayo sobre el principio de la población" (1798), en la que argumentaba que la población humana crece en una progresión geométrica, mientras que la producción de alimentos crece en una progresión aritmética, lo que lleva a una eventual escasez de alimentos y a la miseria generalizada. Malthus argumentaba que, para evitar esta situación, era necesario limitar el crecimiento de la población a través de medidas como la abstinencia sexual, el retraso en la edad del matrimonio o la restricción de la asistencia a los pobres. Además, Malthus depositaba su confianza en la estabilización de la población, mediante una supuesta autorregulación originada de manera natural mediante las hambrunas, epidemias, pestes y si ello no fuera suficiente, por las guerras.
A pesar de que la teoría de Malthus fue criticada por
algunos, sus ideas influyeron en el pensamiento económico y social de su tiempo
y posteriormente en la teoría de la economía del desarrollo. Malthus también
hizo importantes contribuciones al campo de la estadística y la demografía.
Economista británico que realizó importantes contribuciones al pensamiento económico clásico. Entre sus principales aportes se encuentra su ley de los rendimientos decrecientes según la cual al aumentar las cantidades de un factor variable, como por ejemplo el capital o el trabajo, aplicadas a una cantidad fija de otro factor como por ejemplo lo es la tierra, el incremento en la producción total que resulta de cada unidad adicional del factor variable, irá eventualmente decreciendo, de modo que con los sucesivos insumos del factor variable se agregarán incrementos decrecientes, cada vez menores, de producto final.
Según Ricardo, esta ley tiene importantes implicaciones
para la economía. En particular, establece que la producción y el crecimiento
económico están limitados por la cantidad de recursos disponibles y que no se
pueden obtener ganancias infinitas simplemente aumentando la cantidad de mano
de obra o de capital. Como puede verse en el pensamiento de Ricardo se observa
la idea de un carácter limitado de los recursos (tierra) e implica una
advertencia respecto que el crecimiento a largo plazo conduce a una reducción
progresiva de los salarios. Frente a ello, postula como salida la reducción de
la población y una más rápida acumulación del capital.
Filósofo, economista y escritor británico, conocido por sus
contribuciones a la filosofía política y económica. En Principles of
Political Economy postula a manera de una síntesis del pensamiento clásico,
su idea de un estado estacionario que se alcanzaría como una consecuencia
lógica e inevitable al final de una larga fase de crecimiento. Considera que el
crecimiento de la riqueza no puede carecer de límites y ello lo lleva a una
conclusión, en los países atrasados el objetivo más importante es el aumento de
la producción y en los más avanzados es la distribución y todo ello se logrará
en tanto se ponga freno al crecimiento poblacional.
Como puede verse desde el ilimitado optimismo de Smith
hasta las advertencias de Mill, el pensamiento fue evolucionando hacia la
noción de la existencia de límites del crecimiento. Esta polémica, lejos de
resolverse continúa plenamente vigente entre aquellos que postulan la no
existencia de límites hasta aquellos que hablan del crecimiento cero.
Los
debates sobre los límites del crecimiento en los siglos XX y XXI
Con la Gran Depresión iniciada en 1929 resurge la tesis de
Mill reformulada por Alvin Hansen (1887-1975) un economista estadounidense que
realizó importantes contribuciones al pensamiento económico, en particular al
estudio de las fluctuaciones y el ciclo económicos. Hansen divide el problema
de la siguiente forma: a corto plazo y tal como lo señala Keynes no se acepta
el estado estacionario de la depresión, preocupando más el crecimiento de la
desocupación que el crecimiento poblacional. A largo plazo el estado
estacionario resulta inevitable por lo cual el destino de bienaventuranza
económica al que se puede aspirar quedará regulado por la capacidad de
controlar la población; la determinación para evitar las guerras; la voluntad
de confiar a la ciencia asuntos estrictamente científicos y el establecimiento
de un mecanismo de acumulación basado sólo en el margen entre nuestra
producción y nuestro consumo.
Tras la secuencia Gran Depresión - Segunda Guerra Mundial -
Reconstrucción Económica - Guerra Fría, en los países desarrollados resurgió la
polémica sobre los límites del crecimiento.
Economista estadounidense que se desempeñó como asesor de seguridad nacional durante la presidencia de Lyndon B. Johnson en la década de 1960. Es conocido por su teoría del desarrollo económico, la cual se plasmó en su libro "Las etapas del crecimiento económico: un manifiesto no comunista" (1960).[40] Es el autor de la teoría sobre las etapas del crecimiento económico, que postula la existencia de cinco etapas en las que se puede encuadrar un país en función de su proceso de crecimiento económico y que son: sociedad tradicional; condiciones previas al despegue; despegue (take-off); camino hacia la madurez y era de alto consumo en masa. A fin de contar con ejemplos en cada una de las mencionadas etapas encontraríamos a Nepal; México; Italia; Francia y Estados Unidos de Norte América respectivamente.
Para Rostow no hay límites al crecimiento sino etapas
ascendentes. Tal visión ha merecido duras críticas al desconocer lo limitado de
los recursos y por lo tanto la imposibilidad de universalizar el consumo a los
niveles a los que hoy se registran en los Estados Unidos.
Por otra parte, se desconocen los problemas de los países
que se encuentran en las etapas extremas. La "era de alto consumo en
masa" no está exenta de problemas, no resulta una sociedad ideal, se trata
de una sociedad ultra urbanizada, en la que el aumento del tiempo disponible
para el ocio plantea el desafío de meditar sobre qué hacer en el futuro:
¿Incrementar el consumo? ¿Ampliar la dimensión familiar? ¿Dedicar más tiempo al
esparcimiento y el cultivo personal?
Algunos teóricos han sostenido, no sin cierta ingenuidad,
que los seres humanos, al llegar a la era de alto consumo, cansados de tanta
opulencia, tal vez se decidieran a ayudar a su prójimo. La realidad no parece
indicar que la última etapa del crecimiento económico lleve a una etapa
superior, no prevista en el esquema de Rostow, como lo sería una sociedad
humanista a nivel mundial.
Economista y sociólogo francés, conocido por su trabajo sobre la economía y la demografía, inició una corriente que, si bien es expansionista en cuanto al capitalismo, tiende a la reestructuración de su modelo a partir de admitir la existencia de la emergencia ecosférica y de los efectos globales del actual modelo de crecimiento, pero manteniendo las tendencias a una rápida expansión del modelo reestructurado. Sauvy,[41] señala que, si bien una hipótesis de crecimiento cero no resulta realista ni eficaz, ello no debe confundirse con ignorar temas fundamentales como el demográfico, cuya solución visualiza únicamente en la educación, por lo cual, respecto de los límites del crecimiento, se sitúa en un escalón menos optimista que el de Rostow, pero no por ello se inclina a pensar en limitar y aún detener el crecimiento.
Sauvy, conocido por acuñar el término "tercer
mundo" en la década de 1950 fue un defensor del control de la población y
la planificación familiar, argumentando que el crecimiento poblacional excesivo
podría limitar el crecimiento económico y provocar problemas sociales y
ambientales. Pese a lo anterior, consideraba al problema demográfico como menos
importante que las contradicciones existentes entre países ricos y pobres o que
el consumo es mucho más nocivo que la expansión demográfica, lo cual relativiza
la importancia que reviste el problema poblacional. En una obra posterior Sauvy
siguió ocupándose de la expansión demográfica deteniéndose en el análisis de
las posibles consecuencias de una población regresiva.
Economista estadounidense que realizó importantes contribuciones al campo de la economía y fue uno de los primeros en ganar el Premio Nobel (1970) en esta disciplina. Conocido por sus contribuciones a la teoría económica, en particular por su libro "Economía" (1948),[42] fue uno de los fundadores de la síntesis neoclásica, una corriente teórica que combinó la teoría neoclásica con la teoría keynesiana.
Con Samuelson se inicia una corriente de opinión que basa
su esquema en considerar que el crecimiento económico tiene graves
consecuencias en materia de calidad ecosférica porque su medida se efectúa con
un indicador como el Producto Nacional Bruto (PNB) que no refleja lo que
Samuelson define como el Bienestar Económico Neto (BEN) al que se podría
definir como el PNB deducidos los costos sociales y perjuicios ocasionados a la
ecosfera imputables a la obtención del PNB.
Dos seguidores de Samuelson: Ramsey y Anderson, avanzan en
materia de analizar las consecuencias ecosféricas del crecimiento económico, al
no limitarse sólo a señalar que ellas se neutralizarían con utilizar adecuados
indicadores macroeconómicos, lo cual no deja de ser una visión muy optimista,
planteando que, en esta materia, la planificación debe jugar un rol central,
con el fin de compensar las imperfecciones del sistema de mercado. Ante la
globalización de la emergencia ecosférica, tal planificación, hoy, debe ser
interpretada como una planificación a nivel mundial. Ambos sostienen que: El
género de mundo que tengamos, dependerá de la clase de planes que hagamos
ahora. Si no formulamos ninguno, es muy posible que no tengamos mundo alguno.[43]
Es en este punto donde se produce la convergencia con el
planteo de Samuelson, en tanto que, a los efectos de una planificación mundial,
de igual forma que del PNB se deducen las externalidades a fin de calcular el
BEN, habrá que calcular un BEN mundial a partir de un Producto Mundial Bruto
(PMB).
Al encarar el estudio del futuro, Tinbergen distingue entre
dos conceptos: previsiones (que parten de hipótesis entre las cuales no se
incluye el cambio de régimen socioeconómico) y planes (que si implican
transformaciones substanciales en el marco institucional). El planteo de
Tinbergen indica que las previsiones, en el largo plazo, carecen de sentido en
tanto el futuro no puede ser previsto, pero si puede ser planificado, motivo
por el cual resulta importante sopesar las tendencias de cambio de la sociedad.
Cuando Tinbergen se adentra en su estudio, identifica cuatro grandes
tendencias: la explosión científica; el desafío del desarrollo deseado por el
Tercer Mundo; la polarización ideológica y política (comunismo y capitalismo,
dictadura y democracia) y el medio físico.
Al planificar, se elige invariablemente un sistema de
valores con lo cual entrarán en juego elecciones relativas a: más producción o
más ocio; preponderancia o no de la producción de bienes de consumo; tamaño de
familia; forma y organización de la distribución personal de la renta y
composición del consumo y del gasto público.
Todo lo anterior lo lleva a plantear la necesidad de
renunciar a necesidades artificiales e imponerse límites en cuanto a las
mismas, mientras que en el campo socioeconómico el planteo lo lleva de la
economía mixta a lo que denomina "socialismo occidental", el que
incluiría valores como la democracia parlamentaria y la libertad individual.
Sin duda el planteo de Tinbergen resulta más avanzado que el de Samuelson y
ofrece una visión evolucionista del capitalismo, donde el crecimiento sin
límites comienza a desdibujarse.
Boulding argumentaba que la economía debía ser vista como
un sistema integrado dentro del ambiente y que la economía no podía crecer
indefinidamente en un mundo con recursos finitos. Boulding defendía la idea de
que la economía debía operar dentro de los límites ecológicos y que debía haber
un equilibrio entre la producción y el consumo. Él argumentaba que los sistemas
complejos, como la economía y el ambiente, debían ser entendidos como sistemas
integrados y no como entidades separadas.
Fue quien introdujo la idea de asimilar a la Tierra a una
"nave espacial", con unos recursos limitados que deben ser utilizados
de modo racional y moderado para asegurar la supervivencia de la humanidad.
Boulding parte de la idea de que en el futuro la economía tendrá que concebirse
como un sistema cerrado y a fin de clarificar respecto de los límites en que se
desarrolla toda la actividad humana, habla de una economía del “cowboy”
asimilada a la economía neoclásica, caracterizada por la conquista de un espacio
sin límites e inagotable, por ausencia de aceptación de fronteras para el
desarrollo del sistema, y de una economía del “astronauta”, que surge de
comparar al planeta con una nave espacial y que bien podría denominarse
“economía ecológica”, caracterizada por lo limitado de los recursos que se
encuentran en su nave y las leyes físicas que resultan inevitables por
encontrarse en un sistema cerrado y autocontenido. [44]
Nuestra economía actual se parece cada vez más a la de un
recinto cerrado, a un auténtico Navío Espacial Tierra, que dispone de recursos
limitados y de espacios finitos para la contaminación y el vertido de desechos.
Este planteo trasciende lo meramente económico para penetrar en lo filosófico.
Implica una preocupación por el futuro, en una amplia acepción del término
solidaridad, no sólo restringido a la dimensión espacial sino también
abarcativa de la temporal.
Economista e historiador estadounidense, conocido por su trabajo en la historia del pensamiento económico y su defensa del socialismo democrático.
En su obra más famosa, "Las grandes corrientes del pensamiento
económico" (1953), Heilbroner analizó las principales teorías
económicas desde Adam Smith hasta John Maynard Keynes, destacando los cambios
fundamentales en la forma en que se entendía la economía a lo largo del tiempo.
También argumentó que las ideas económicas estaban inextricablemente ligadas a
los acontecimientos históricos y políticos de cada época.
Heilbroner fue un crítico del capitalismo y argumentaba que
el sistema tenía problemas intrínsecos que no podían ser resueltos por el
mercado libre. Abogó por una forma de socialismo democrático que permitiera la
propiedad pública de los medios de producción y la planificación centralizada
de la economía, pero con una fuerte protección de los derechos individuales y
la democracia política.
Siguiendo a Boulding, para Heilbroner, la crisis ecosférica representa en realidad la consecuencia de nuestro tardío despertar al hecho de que vivimos en el Navío Espacial Tierra y que en él -como en cualquier otro navío- la sobrevivencia de los pasajeros depende del equilibrio entre capacidad de carga de la nave y necesidades de los pasajeros. Luego de analizar la situación concluye que hemos sobrepasado el punto límite de capacidad de carga, para lo cual parte de considerar el nivel medio deseable para toda la humanidad en cuanto a recursos y los deshechos generados en promedio por los habitantes de Estados Unidos y de Europa occidental. Desde este punto de vista existen sólo dos posibilidades: o la mayoría de los pasajeros del Navío Espacial Tierra serán de segunda clase o todos los pasajeros pasarán a viajar en clase única. Siguiendo esta línea argumental, Heilbroner identifica como principales causas de la saturación de la capacidad de carga a la explosión demográfica, propia de los pasajeros de segunda y los efectos acumulativos de la tecnología, atribuible a los pasajeros de primera (motores de combustión, procesos industriales, técnicas agrícolas, acumulación de gases efecto invernáculo en la atmósfera, etc.
Ya en el campo de aquellos que preconizan explícitamente la necesidad de un crecimiento cero nos encontramos con un amplio grupo de científicos relacionados con la revista británica The Ecologist, cuyo editor promovió la publicación en 1971 de una obra en la que se plantean crudamente los problemas ecológicos de Gran Bretaña (¿Can Britain Survive?), la que dio origen al Manifiesto para la Supervivencia en el que concatenadamente se dan pruebas acerca de los graves problemas que hoy amenazan con romper el equilibrio ecosférico. De este Manifiesto se desprenden las cuatro condiciones básicas para encaminarse hacia una sociedad estable que pueda sostenerse indefinidamente dando óptimas satisfacciones a sus miembros: una mínima perturbación de los procesos ecológicos; una máxima conservación de materias primas y energía (una economía de stocks más que de flujos); un crecimiento demográfico cero y un sistema social dentro del cual el individuo pueda disfrutar de las tres primeras condiciones, en lugar de sentirse limitado por ellas.
Es a partir de estas posiciones radicalizadas que aparecen
en el horizonte nuevas tendencias que centran su atención en la construcción de
utopías razonables. En esta línea encontramos a René Dumont y Roger Garaudy.
Sí, Iván Illich fue un crítico del crecimiento ilimitado y
de las sociedades industrializadas que lo promueven. En sus obras, Illich
planteó que el crecimiento descontrolado, tanto en términos económicos como
tecnológicos, puede volverse contraproducente, dañando la calidad de vida de
las personas y degradando el entorno natural.
Iván Illich argumentaba que cuando un sistema crece más allá de cierto punto, los beneficios que aporta se convierten en perjuicios. Por ejemplo, en Energía y equidad (1974), señaló cómo el uso masivo de automóviles, diseñado para mejorar la movilidad, en realidad genera congestión, contaminación y desigualdades. Según Illich, la tecnología industrializada a gran escala tiende a esclavizar a las personas, al hacerlas dependientes de sistemas complejos que escapan a su control. Defendía un uso moderado y autónomo de las herramientas, que no superaran los límites de lo que las comunidades pueden manejar sin perder su autonomía.
Illich propuso un modelo de desarrollo basado en la
"convivencialidad”, donde los límites al crecimiento están definidos por
la capacidad de las personas para vivir juntas en equilibrio con su entorno.
Rechazaba la obsesión por maximizar la producción y el consumo.
En textos como La sociedad desescolarizada (1971),
Illich cuestionó cómo las instituciones, diseñadas para promover el progreso, a
menudo perpetúan desigualdades y dominación, exacerbadas por el crecimiento sin
restricciones.
Para Illich no solo existían límites al crecimiento, sino
que abogaba por reconocerlos y respetarlos para construir sociedades más
humanas y sostenibles. Su visión es una crítica profunda al productivismo y una
llamada a rediseñar las formas en que vivimos y producimos.
Agrónomo y político francés, conocido por su activismo en favor del desarrollo agrícola sostenible. Fue un defensor apasionado de la sostenibilidad y la protección del ambiente, argumentando que la agricultura sostenible era clave para el desarrollo económico y la supervivencia a largo plazo de la humanidad. En 1974 presentó su candidatura presidencial.
La tesis de Dumont es que el crecimiento sin límites, en
forma exponencial, es sencillamente imposible en un mundo que es finito. Bajo
esta tesis formula una serie de apreciaciones entre las que se destacan las
siguientes: lo importante no es dominar la Naturaleza, sino asociarse a ella
para conservarla en todo su potencial para las generaciones futuras; el
capitalismo, con su ley del máximo lucro, menosprecia el objetivo elemental de
salvar el planeta, frente a lo cual, o el capitalismo se transforma o marchamos
al abismo; es necesaria una política de control de la natalidad; si se continúa
con las mismas pautas de crecimiento nos dirigimos hacia un muro de cemento en
el que nos estrellaremos; si bien el futuro no puede preverse, si puede
configurarse y en su configuración es necesario llegar a un crecimiento cero en
lo demográfico y también en el consumo global de los países industrializados.
Dumont llega así a la justificación de la inevitabilidad del socialismo si se
quiere asegurar la sobrevivencia prolongada de la especie humana, postulando
como idea central que, en definitiva, la salida se encuentra en preocuparse
menos por tener y más por ser.
En la actualidad se han registrado diferentes
aportes desde el campo científico en relación con la existencia de límites
biofísicos, tales como el ya mencionado estudio publicado por Johan Rockström y
sus colaboradores.[45]
Se destacan también las relaciones entre Huella
Ecológica y Biocapacidad (Rees-Wackernagel, 1996) y el sobregiro
ecológico,[46]
informado a partir de 1970 por Earth Overshoot Day (Día del Sobregiro
de la Tierra).[47]
Este indicador, el Día de Sobregiro de la
Tierra, informa el día del año en el que se estima que la humanidad ha
utilizado todos los recursos naturales que la Tierra puede regenerar en ese
año. También se lo conoce como el Día de la Deuda Ecológica, ya que, a
partir de ese día, la humanidad comienza a utilizar los recursos naturales que
pertenecen al próximo año.
Su cálculo se basa en la medición de la Huella
Ecológica de la humanidad, que representa la cantidad de tierra, agua y
otros recursos naturales necesarios para producir todos los bienes y servicios
que consumimos y absorber los residuos que generamos; y en la medición de la Biocapacidad
de la Tierra para regenerar esos recursos.
A lo largo del tiempo se puede apreciar como
el Día de Sobregiro de la Tierra se ha adelantado cada año desde que se
comenzó a medir en la década de 1970, lo que indica que la humanidad está
consumiendo los recursos naturales a un ritmo insostenible y que estamos
viviendo por encima de nuestras posibilidades en términos de sostenibilidad
ambiental.
Obsérvese en el gráfico que, como fruto de las
restricciones originadas por la pandemia de COVID-19 registrada en 2020, el día
de sobregiro se igualó con el que se tenía en 2006, continuando luego, en 2021,
con la tendencia histórica al adelantamiento de la fecha de sobregiro.
Los autores del artículo argumentan que la
actividad humana está causando múltiples presiones sobre el sistema biosférico,
incluyendo el cambio climático, la deforestación, la contaminación, la
acidificación de los océanos y la pérdida de biodiversidad. Estas presiones
están llevando a la Tierra a un punto de inflexión en el que el sistema podría
experimentar un cambio de estado hacia un estado menos estable y favorable para
la vida.
Para los autores del artículo se necesitan
cambios significativos en la forma en que la humanidad interactúa con la
naturaleza para evitar un cambio de estado.
[1] Fundamentalmente aquellos recursos naturales que denominamos como
“no renovables” y en cuanto a los “renovables” la restricción cuantitativa
queda definida por sus respectivas tasas de regeneración natural.
[2] Booth, K. (2010). “Cambiar las realidades globales: una teoría crítica para tiempos
críticos”,
Papeles de relaciones ecosociales y cambio global 109, CIP Ecosocial, Madrid,
p. 12. Documento electrónico: https://www.fuhem.es/media/ecosocial/File/Analisis/julio_diciembre_2010/cambiar%20las%20realidades%20globales_K.BOOTH.pdf
[3] Barrtlet,
A. (1969). “Arithmetic, Population and Energy - a talk by Al Bartlett”,
documento electrónico: https://www.albartlett.org/presentations/arithmetic_population_energy_transcript_english.html
[4]
Ponting, C. (1992). Historia verde
del mundo. Buenos Aires:
Paidós.
[5] Collins, C. (2020)
Four Reasons Civilization Won’t Decline: It Will Collapse. Documento
electrónico: https://strategic-culture.org/news/2020/03/14/four-reasons-civilization-wont-decline-it-will-collapse/
[6] Si bien hay pequeños intercambios de materia, como el polvo cósmico que cae sobre la Tierra o los gases que se escapan de la atmósfera, estos procesos son tan lentos o insignificantes que no afectan la masa ni la composición total de la Tierra de manera notable en escalas de tiempo humanas.
[7] Meadows, D.- Meadows, D - Randers, J. - Behrens, W (1972). Los límites del crecimiento. México: FCE.
[8]
El equipo técnico estaba integrado
por: Dr. Donella H. Meadows (Estados Unidos); Prof. Dennis
Meadows (Estados Unidos); Dr. Jørgen Randers (Noruega); Farhad
Hakimzadeh (Irán); Judith A. Machen (Estados Unidos); Dr. Alison
A. Anderson (Estados Unidos); Nirmala S. Murthy (India); Ilyas
Bayar (Turquía); Dr. John A. Seeger (Estados Unidos);
Dr. Erich Zahn (Alemania); Dr. Jay M. Anderson (Estados
Unidos); Dr. William W. Behrens III (Estados Unidos);
Dr. Steffen Harbordt (Alemania); Dr. Peter
Milling (Alemania); Dr. Roger F. Naill (Estados Unidos); Stephen
Schantzis (Estados Unidos) y Marilyn Williams (Estados Unidos).
[9]
El Club de Roma, fundado en 1968 por Aurelio Peccei (1908-1984) y Alexander
King (1909-2007), es una organización internacional que reúne a científicos,
economistas, empresarios, políticos y académicos para abordar los desafíos
globales más apremiantes, como la sostenibilidad ambiental, el crecimiento
económico, la población, y los recursos naturales. La misión del Club de Roma
es analizar los problemas complejos de una manera holística y sistémica, y
proponer soluciones que promuevan el bienestar humano a largo plazo sin
sobrepasar los límites planetarios. Peccei fue un empresario y economista italiano que se interesó
profundamente por los desafíos del desarrollo global después de la Segunda
Guerra Mundial. Consideraba que la humanidad enfrentaba un "problema
global" que requería enfoques interdisciplinarios y a largo plazo. Estaba
convencido de que las tendencias de crecimiento económico y población no podían
continuar indefinidamente en un planeta con recursos limitados. King fue un
científico escocés y exdirector de ciencia en la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que fue un defensor de la ciencia
aplicada a la formulación de políticas. Estaba preocupado por los efectos a
largo plazo del crecimiento económico, especialmente sobre el ambiente y la
sociedad. Fue un pionero en impulsar la idea de que los desafíos globales como el
cambio climático, la contaminación y la escasez de recursos debían ser
enfrentados de manera conjunta y con una perspectiva científica.
[10] 70 es aproximadamente 100 multiplicado por el logaritmo natural de 2. Pero, si quisieran saber el tiempo que, por ejemplo, toma triplicarlo se usaría el logaritmo natural de 3.
[11] Bartlett, A. (1998) Arithmetic,
Population, and Energy. Minnesotans For Sustainability.
[12]
Documento electrónico: https://www.albartlett.org/articles/art_forgotten_fundamentals_part_4.html
[13] Para una mayor comprensión de las dinámicas exponenciales se sugiere la lectura del cuento corto de Carl Sagan: "The Persian Chessboard" (El Ajedrez Persa), incluido en la colección de historias "The Dragons of Eden" (Los Dragones del Edén), publicado por primera vez en 1977 por Random House. También se incluyó este cuento en la edición en español de la colección: "Los dragones del Edén: Especulaciones sobre la evolución de la inteligencia humana", publicado por Editorial Crítica en 1980.
[14]
El Comité Ejecutivo del Club de Roma estaba integrado por: Alexander King; Saburo
Okita; Aurelio Peccei; Eduard Pestel; Hugo Thiemann y Carroll Wilson.
[15]
Morin, E. (1996): El pensamiento ecologizado. Gazeta de Antropología.
[16]
Bardi, U. (2011). La maldición de Cassandra: cómo "Los límites del
crecimiento" fue demonizado. Documento electrónico:
https://www.resilience.org/stories/2011-09-15/cassandras-curse-how-limits-growth-was-demonized/.
[17] Georgescu-Roegen,
N. (1972). Energy and Economic Myths, Southern Economic Journal 41(3): 347-381
[18] Fundación
Bariloche (1975). “Modelo Mundial Latinoamericano”, Nueva Sociedad 22: 16-29,
documento electrónico:
https://static.nuso.org/media/articles/downloads/210_1.pdf
[19] Sagan, C. (1998). Billions and Billions. Traducción: Guillermo Solana. Ediciones B, S.A.
[20]
Bardi, U. (2011). La maldición de Cassandra: cómo
"Los límites del crecimiento" fue demonizado. Publicado en: Cassandra's
legacy
[21]
Meadows, D. H., Randers, J., & Meadows, D. L. (2004). Los límites del
crecimiento, treinta años después. Fondo de Cultura Económica.
[22] Kaya, Y. (1989). Impact of
carbon dioxide emission control on GNP growth: Interpretation of proposed
scenarios. Energy Policy, 17(4), 302-307. Kaya, Y. (1990). Impact of
Carbon Dioxide Emission Control on GNP Growth: Interpretation of Proposed
Scenarios. Paper presented to the IPCC Energy and Industry Subgroup, Response
Strategies Working Group, Paris (mimeo)
[23] Kaya postula que son cuatro los factores que
definen la cuantía de tales emisiones: la “intensidad de carbono de la energía”
(IC) que representa las emisiones de carbono por unidad de energía consumida;
la “intensidad energética de la economía” (IE) que representa el consumo de
energía por unidad de PIB; el PIB per cápita (RE) y la población (P). La
ecuación es: Tn CO2 = IC * IE * RE * P
[24]
Marzo, M. (2011). Cambio climático y crecimiento, documento electrónico:
https://elpais.com/diario/2011/02/22/opinion/1298329213_850215.html
[25] Herrington, Gaya. (2021). Update
to limits to growth: Comparing the world3 model with empirical data. Journal of
Industrial Ecology 2021; 25: 614– 626.
[26] Strauss, M. (2012). Looking Back on the Limits of Growth. Smithsonian magazine, Disponible
en:
http://www.smithsonianmag.com/science-nature/Looking-Back-on-the-Limits-of-Growth.html
[27] Turner, G. M. (2008). "A
Comparison of the Limits to Growth with Thirty Years of Reality" Socio-Economics
and the Environment in Discussion (SEED) Working Paper No. 95. Commonwealth
Scientific and Industrial Research Organization (CSIRO), Australia. Turner,
G. M. (2008). A comparison of The Limits to Growth with 30 years of reality,
Global Environmental Change, 18, pp. 397-411.
[28] Turner, G. M. (2012). On the
cusp of global collapse? Updated comparison of the Limits to Growth with
historical data, GAIA - Ecological Perspectives for Science and Society,
21, pp.116-124.
[29]
Meadows, D. (2013). No hay nada que podamos hacer. Entrevista publicada
por Asociación Touda. Documento electrónico: https://www.asociacion-touda.org/2013/04/30/dennis-meadows-no-hay-nada-que-podamos-hacer/
[30] Turner, G. M. (2014). Is Global Collapse Imminent? An Updated Comparison of The Limits to Growth with Historical Data Research Paper No. 4 August 2014 About MSSI Research Papers.
[31] Bardi, U. y Alvares
Pereira, C. (2022). Límites y más allá: 50 años después de Los
límites del crecimiento, ¿qué aprendimos y qué sigue? Un informe
al Club de Roma. Exapt Press.
[32]
Documento electrónico:
https://www.15-15-15.org/webzine/2022/07/02/richard-heinberg-entrevista-a-dennis-meadows-en-el-50-aniversario-de-los-limites-del-crecimiento/
[33]
Documento electrónico: https://www.clubofrome.org/impact-hubs/reframing-economics/prospects-for-a-world-of-declining-gdp/
[34] Documento
electrónico, disponible en: https://www.15-15-15.org/webzine/2019/02/03/bailar-con-sistemas/
[35] Turner, G., & Alexander, C.
(2014, September 2). Limits to Growth was right. New research shows we're
nearing collapse. The Guardian. https://www.theguardian.com/commentisfree/2014/sep/02/limits-to-growth-was-right-new-research-shows-were-nearing-collapse
[36] Ver: Jorgen Randers, “A
short summary of the book 2052 – A Global Forecast for the Next Forty
Years”, en http://www.2052.info/wp-content/uploads/2019/05/d120301-2052-Short-summary-Randers-memo-1.pdf
[37] Rockström, J., Steffen, W., Noone, K. et al. (2009). A safe
operating space for humanity, documento electrónico: https://doi.org/10.1038/461472a
[38] Rockström, J., Steffen, W., Noone, K. et
al. (2009). A safe operating space for humanity, documento
electrónico: https://doi.org/10.1038/461472a. En este
estudio los autores sostienen que existe un techo ecológico, unas fronteras más
allá de las cuales no deberíamos seguir ejerciendo presión sobre el planeta si
pretendemos salvaguardar la estabilidad de nuestro hogar común, identificando
nueve límites planetarios: cambio climático (concentración de CO2 en la
atmósfera < 350 ppm y/o un cambio máximo de +1 W/m2 en
el forzamiento radiativo); acidificación de los océanos (estado medio
de saturación superficial del agua de mar con respecto a la aragonita ≥
del 80% de los niveles preindustriales); agotamiento del
ozono estratosférico (reducción de menos del 5% en el O3 atmosférico
total de un nivel preindustrial de 290 unidades Dobson); flujos
biogeoquímicos en el ciclo del nitrógeno (N) (limitar la fijación
industrial y agrícola de N2 a 35 Tg N/año) y el ciclo de
fósforo (P) (entrada anual de P a los océanos que no debe exceder 10 veces
la meteorización natural de fondo de P); uso mundial de agua
dulce (< 4000 km3/año de uso consuntivo de los recursos de escorrentía);
cambio en el sistema de tierras (< el 15% de la superficie terrestre libre
de hielo bajo tierras de cultivo); la erosión de la integridad de la biosfera
(una tasa anual de pérdida de diversidad biológica de < 10 extinciones por
millón de especies); contaminación química (introducción de nuevas
entidades en el ambiente); carga de aerosoles atmosféricos.
[39] Richardson et al. (2023): Sci. Adv. Vol
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safe operating space for humanity, documento electrónico: https://doi.org/10.1038/461472a
[46] El sobregiro ecológico global (ecological
overshoot) ocurre cuando la demanda de la humanidad sobre la naturaleza
(su Huella Ecológica) excede el suministro de la biosfera o la capacidad
regenerativa (Biocapacidad). Tal trasgresión conduce a un agotamiento de la
vida de la Tierra que soporta el capital natural y una acumulación de desechos.
[47] Documento electrónico, disponible en:
https://www.overshootday.org/newsroom/past-earth-overshoot-days/
[48] Barnosky, A. Hadly, E. Bascompte, J. (2012). “Approaching a
state shift in Earth’s biosphere”, documento electrónico: https://doi.org/10.1038/nature11018
[49]
Cambio de estado se refiere a una transformación abrupta y generalizada
en el funcionamiento de un sistema, que puede ser irreversible e impredecible.
En el caso del artículo de Barnosky, se habla de un cambio de estado en
el sistema biosférico de la Tierra, que incluye la interacción entre los seres
vivos y su entorno
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