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PRESIDENTE MILEI: LA CIENCIA Y LOS DATOS NO ESTÁN DEL LADO NEGACIONISTA



Carlos MERENSON

A pesar de los avances científicos, aún existen voces que intentan refutar la existencia del cambio climático o su origen antrópico. Tal es el caso, entre otros, de quienes adscriben al anarcocapitalismo mileísta o a ciertas corrientes neoliberales, como el trumpismo.

Milei, al igual que los principales referentes anarcocapitalistas, desarrolla un criticismo antiecologista y negacionista, entre cuyos referentes internacionales encontramos a Aznar y al ex presidente de Checoslovaquia, Václav Klaus.

Václav Klaus,[1] ha afirmado que:

El mayor peligro que enfrenta la especie humana es, sin lugar a dudas, el movimiento ecologista, que ha puesto grilletes verdes a la libertad y la prosperidad de nuestro planeta. El ecologismo es una ideología antihumana que difunde falacias acerca de la ciencia, la economía y la política del calentamiento global. 

En la misma línea de pensamiento, el 6 de noviembre de 2012, el ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en su cuenta de Twitter ha llegado a afirmar que: el concepto de calentamiento global fue creado por y para los chinos para hacer no competitiva a la manufactura de Estados Unidos

Por su parte Milei, en una entrevista online con Julián Serrano en 2021 afirmaba que el cambio climático antropogénico:

Es otra de las mentiras del socialismo. Hay toda una agenda de marxismo cultural y parte de esa agenda es, a ver, hace diez, quince años, se discutía que el planeta se iba a congelar, ahora discuten que se calienta… o sea… dale, loco… o sea, aquellos que conozcan cómo se hacen esas simulaciones van a ver que las funciones están sobresaturadas en determinados parámetros a propósito para generar el miedo más acá en el tiempo.

Milei, durante una entrevista en TN de abril de 2023 afirmaba que el objetivo principal del ecologismo es querer “exterminar a la población” en función de cuidar al planeta, al punto tal de “eliminar a los seres humanos”.

Sin embargo, esta afirmación temeraria carece de evidencia histórica que vincule al ecologismo con procesos de exterminio humano, crisis económicas y financieras, concentración de la riqueza generadora de injusticia social y violencia, desarrollo y construcción de armas convencionales o de destrucción masiva, atentados contra la salud humana por contaminación del suelo, agua y atmosfera, propuestas para la libre portación de armas, cambio climático o la sexta extinción en masa en la que nos encontramos inmersos. Quizás Milei debería reflexionar si del sistema que defiende se podría decir lo mismo.

Pero vayamos en concreto a la actitud negacionista del cambio climático de Milei. En su reciente intervención en el Foro de Davos ha afirmado que:

"Cuando uno argumenta que la Tierra ha tenido ya cinco ciclos de cambios bruscos de temperatura y que en cuatro de ellos el hombre ni existía, nos tildan de terraplanistas para desacreditar nuestras ideas, sin importar que la ciencia y los datos estén de nuestro lado".

Esta afirmación invita a verificar si, efectivamente, la ciencia y los datos respaldan a quienes niegan la existencia del cambio climático global o, en caso de aceptarlo, rechazan que tenga un origen antrópico.

En primer lugar, es cierto que, a lo largo de la historia de la Tierra, han ocurrido cambios bruscos de temperatura a nivel global. Estos eventos fueron causados por distintos factores naturales, siendo los cuatro principales en términos de impacto en la temperatura global: los ciclos de Milankovitch; [2] la actividad solar; [3] las oscilaciones oceánicas; [4] y los ciclos de actividad volcánica. [5]

Estos factores naturales, ya sea en conjunto o por separado, han originado cambios climáticos abruptos, tales como:

  • Primera Gran Glaciación (Evento Huroniano): ocurrida hace aproximadamente 2.400 millones de años.
  • Episodios de "Tierra Bola de Nieve": registrados entre 700 y 600 millones de años atrás.
  • Extinción del Pérmico-Triásico o "La Gran Mortandad": hace 252 millones de años.
  • Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno (PETM): hace 56 millones de años, con un aumento global de temperatura de entre 5 y 8 °C en un lapso de 10.000 a 20.000 años.
  • Dryas Reciente: última glaciación ocurrida entre 12.900 y 11.700 años atrás.
  • Pequeña Edad de Hielo: enfriamiento relativamente rápido registrado entre los años 1300 y 1850 d.C.

Es evidente que la Tierra ha atravesado ciclos de cambios climáticos abruptos a lo largo de su historia, incluyendo períodos glaciales e interglaciares, todos ellos explicados por causas naturales.

Sin embargo, el cambio climático actual presenta características distintas. La ciencia y los datos disponibles han demostrado con claridad que este proceso no puede explicarse por los mismos factores naturales que operaron en el pasado. En cambio, la abrumadora evidencia indica que el calentamiento global actual es producto de la actividad humana, principalmente debido a la emisión de gases de efecto invernadero derivada de la quema de combustibles fósiles, la deforestación y otros procesos industriales.

Por lo tanto, la afirmación de que la variabilidad climática histórica desmiente el origen antrópico del cambio climático carece de sustento científico y no refleja el consenso de la comunidad científica internacional.

Veamos cuales son las principales diferencias entre los ciclos climáticos naturales y el cambio climático actual:

 

CICLOS CLIMÁTICOS NATURALES

CAMBIO CLIMÁTICO ACTUAL

CAUSA PRINCIPAL

Son impulsados por factores astronómicos y geológicos, como los ciclos de Milankovitch (variaciones en la órbita terrestre), la actividad solar, el vulcanismo y la circulación oceánica.

 

Es causado principalmente por la actividad humana, en particular la quema de combustibles fósiles, la deforestación y la industrialización, que han elevado drásticamente los niveles de CO₂ y otros gases de efecto invernadero (GEI).

VELOCIDAD DEL CAMBIO

Ocurren en miles o millones de años, permitiendo que los ecosistemas se adapten gradualmente

Está ocurriendo en décadas o siglos, a una velocidad sin precedentes en la historia del planeta

MAGNITUD DEL CALENTAMIENTO

Alternan entre glaciaciones y períodos interglaciares, con variaciones de temperatura relativamente suaves

La temperatura global ha aumentado más de 1,2 °C desde la era preindustrial, y sigue en ascenso, superando los márgenes normales de variabilidad natural

NIVELES DE CO2

En los últimos 800.000 años, las concentraciones de CO₂ oscilaron entre 180 y 300 ppm

En 2024, el CO₂ superó 425 ppm, niveles no registrados en al menos 2 millones de años

IMPACTOS

Permiten cierta adaptación natural de las especies

Está provocando eventos extremos más frecuentes e intensos, como olas de calor, sequías, huracanes y pérdida de biodiversidad, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria y la estabilidad de las sociedades

Los ciclos climáticos pasados de la Tierra, originados por causas naturales, nunca ocurrieron con la rapidez del calentamiento global actual.[6] La diferencia clave es que el calentamiento de hoy es mucho más acelerado y su principal impulsor es la actividad humana, específicamente las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) como el dióxido de carbono (CO₂), el metano (CH₄) y los óxidos de nitrógeno (N₂O).

La afirmación de Milei en Davos representa un argumento común en discursos negacionistas del cambio climático: destacar hechos científicos parciales (los ciclos climáticos pasados) para insinuar que el cambio actual también podría ser "natural". Este razonamiento omite el consenso científico abrumador que señala a la quema de combustibles fósiles y la deforestación, ambos de origen antrópico, como los principales motores del calentamiento actual.

En cuanto a los datos, las reconstrucciones históricas del clima muestran que los niveles de CO₂ actuales (425,40 ppm en diciembre de 2024) son los más altos en más de 2 millones de años, coincidiendo con el período de industrialización, transcurrido desde el inicio de la primera transición termoindustrial (1750) hasta nuestros días, de manera particular desde 1950 con el inicio de la sociedad de consumo, tal como puede verse en el siguiente gráfico.


 

Es importante destacar que Milei advierte que, por emplear tales argumentos, será "tildado de terraplanista", en una clara estrategia para presentarse como víctima de un supuesto rechazo injustificado. Sin embargo, la comunidad científica no descalifica, sino que rebate con datos verificables. En este caso, la ciencia demuestra que los ciclos naturales no explican la crisis climática actual.

Por otro lado, las pruebas científicas que demuestran el origen antrópico del cambio climático son abrumadoras y provienen de múltiples líneas de evidencia, basadas en mediciones directas, modelos climáticos y estudios paleoclimáticos.

Tales pruebas, una vez más, refutan el negacionismo.

En primer lugar, se ha comprobado un aumento sin precedentes en las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero (GEI). Esta afirmación se basa en mediciones directas realizadas en el Observatorio de Mauna Loa, en Hawái, que muestran que, desde la era preindustrial, los niveles de CO₂ han aumentado de 280 ppm a más de 425 ppm.


Las concentraciones actuales de CO2, tal como se aprecia en el siguiente gráfico elaborado por Our World in Data,[7] no han sido superadas en los últimos 800.000 años.



 

Los científicos han confirmado el origen antrópico del cambio climático a través del análisis de la firma isotópica del carbono emitido por la quema de combustibles fósiles, basada en la relación entre carbono-12 y carbono-13.

Otra prueba científica es la correlación entre las emisiones de GEI de origen humano y el aumento de la temperatura global. Esta correlación se observa desde el siglo XIX, cuando el uso de carbón, petróleo y gas natural aumentó drásticamente. Los registros muestran que el incremento de CO₂ y metano coincide con el aumento de la temperatura global, un fenómeno que no ocurrió en ciclos climáticos anteriores.

El siguiente gráfico muestra la fuerte correlación entre las concentraciones atmosféricas de CO2 y las temperaturas.




Los modelos climáticos permiten comparar escenarios con y sin emisiones humanas y han demostrado que los factores naturales por sí solos (actividad solar, volcanes, ciclos de Milankovitch) no explican el calentamiento actual. En cambio, cuando se suman las emisiones humanas de GEI, los modelos reproducen con precisión el calentamiento observado.

Los informes del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC)[8]  concluyen, con un 99% de certeza, que el calentamiento global es causado por la actividad humana.

Otro aspecto clave es la medición del desequilibrio energético de la Tierra, como lo demuestra la observación satelital de la radiación infrarroja que escapa al espacio, evidenciando que más radiación térmica es retenida en la atmósfera debido al efecto invernadero intensificado.

El aumento del calor en los océanos es otro indicador crucial. Más del 90% del calor adicional generado por los GEI ha sido absorbido por los océanos, confirmando un desequilibrio energético que no tiene explicación natural.

Además, se han identificado cambios en los patrones climáticos y un aumento en la frecuencia e intensidad de eventos extremos, como olas de calor, huracanes y sequías. También se han observado alteraciones en la corriente en chorro y eventos como El Niño, vinculados al calentamiento global. Otros efectos incluyen el derretimiento acelerado del hielo en el Ártico, la liberación de metano en el permafrost y la reducción del albedo terrestre.

Los estudios de testigos de hielo, anillos de árboles y corales muestran que la Tierra nunca ha experimentado un calentamiento tan rápido como el actual. Durante los últimos 800.000 años, los cambios climáticos siempre estuvieron vinculados a ciclos naturales mucho más lentos.

La combinación de estas pruebas demuestra que el cambio climático actual no es natural, sino causado principalmente por la actividad humana, en especial por la quema de combustibles fósiles y la deforestación.

Si Milei realmente defendiera que "la ciencia y los datos están de [su] lado", debería alinearse con las investigaciones que confirman el impacto humano en el sistema climático. Ignorar o minimizar este vínculo implica un sesgo ideológico que prioriza una narrativa libertaria o economicista por encima de la evidencia científica.

Afirmar, que el calentamiento global contemporáneo es parte de un ciclo natural, sin reconocer la evidencia del impacto humano, es un acto de desinformación o negligencia intelectual. Estas declaraciones no contribuyen a un debate serio y responsable sobre el cambio climático ni a las acciones necesarias para enfrentarlo.

Los negacionistas del cambio climático suelen utilizar argumentos basados en interpretaciones selectivas o distorsionadas de datos. Veamos algunas de las objeciones más comunes y por qué no resisten el escrutinio científico:

ARGUMENTO

Verdad a medias

Lo que omite

El clima siempre ha cambiado

Es cierto que el clima ha cambiado a lo largo de la historia de la Tierra, pero estos cambios fueron impulsados por factores naturales (como los ciclos de Milankovitch o la actividad volcánica) y ocurrieron en miles o millones de años, no en décadas como ahora.

La velocidad y magnitud del calentamiento actual no tienen precedentes en la historia del planeta sin una causa externa como las emisiones humanas de GEI

El Sol es el principal responsable

La actividad solar influye en el clima, pero las mediciones satelitales muestran que en los últimos 50 años la irradiación solar se ha mantenido estable o incluso ha disminuido, mientras la Tierra sigue calentándose

Si el Sol fuera el principal responsable, la estratosfera se calentaría junto con la troposfera, pero ocurre lo contrario: la troposfera se calienta mientras la estratosfera se enfría, un efecto típico del aumento de gases de efecto invernadero

Los modelos climáticos no son perfectos, por lo que el calentamiento podría estar sobreestimado

Los modelos climáticos tienen márgenes de incertidumbre, como cualquier modelo científico

Los modelos han predicho correctamente el aumento de la temperatura global y otros efectos del cambio climático, como el aumento del nivel del mar o la disminución del hielo marino. De hecho, algunos impactos (como la aceleración del deshielo en Groenlandia) han sido incluso más rápidos de lo previsto

El CO₂ no es un contaminante, es parte natural de la atmósfera

Es cierto que el CO₂ es esencial para la vida, pero en exceso desequilibra el sistema climático

La ciencia climática no dice que el CO₂ sea "tóxico", sino que su concentración ha aumentado artificialmente debido a la quema de combustibles fósiles, intensificando el efecto invernadero y provocando el calentamiento global

Los registros climáticos son poco precisos y no podemos confiar en ellos

Antes de la era satelital, los registros de temperatura eran más limitados

Los registros geológicos, tales como los núcleos de hielo y los anillos de los árboles, proporcionan información valiosa sobre el clima de la Tierra en el pasado. Estos registros muestran que las concentraciones de dióxido de carbono (CO2) y las temperaturas globales están estrechamente correlacionadas a lo largo de millones de años. Las concentraciones actuales de CO2 son las más altas en al menos 800,000 años, lo que respalda la conclusión de que el reciente aumento en CO2 es de origen antropogénico

El cambio climático es un invento político para controlar la economía

No hay evidencia científica que respalde esta afirmación

El consenso científico sobre el cambio climático no proviene de políticos, sino de miles de estudios revisados por pares y organismos como la NASA, la NOAA, la OMS y el IPCC, que reúnen a científicos de todo el mundo

 

Los datos recopilados durante más de un siglo demuestran de manera inequívoca el aumento de las temperaturas globales. Según el IPCC, la temperatura media de la superficie terrestre ha aumentado aproximadamente 1.2 °C desde finales del siglo XIX. Este calentamiento ha sido confirmado por múltiples conjuntos de datos independientes, incluidos los registros de temperatura de la NASA, la NOAA y la Met Office del Reino Unido.

No existe ninguna prueba científica legítima que refute el cambio climático ni su origen antrópico. La comunidad científica ha evaluado y descartado todos los argumentos negacionistas basándose en datos observacionales, modelos climáticos y registros geológicos. Las dudas sobre el cambio climático no provienen de la ciencia, sino de la desinformación, los intereses económicos o interpretaciones erróneas.

El consenso científico sobre el cambio climático es abrumador. Un análisis de casi 12.000 artículos revisados por pares, publicados entre 1991 y 2011, encontró que el 97% de los estudios que expresaban una posición sobre la causa del calentamiento global coincidían en que es resultado de actividades humanas. Investigaciones posteriores han confirmado este consenso, respaldando la solidez de la evidencia científica.

Los intereses económicos, en particular los de la industria de los combustibles fósiles, han desempeñado un papel clave en la promoción del escepticismo climático. Estos grupos financian estudios que buscan desacreditar la ciencia del cambio climático y respaldan políticas que retrasan la acción climática. Es fundamental tener en cuenta estos intereses al evaluar la credibilidad de ciertos argumentos.

En resumen, NO EXISTE NINGUNA EVIDENCIA CIENTÍFICA que niegue la existencia del cambio climático ni su origen antrópico. Claramente, LA CIENCIA Y LOS DATOS NO ESTÁN DEL LADO NEGACIONISTA.

 



[1] Klaus, Václav. (2008). Blue Planet in Green Shackles: What Is Endangered: Climate or Freedom? Competitive Enterprise Institute.

[2] Ciclos de Milankovitch: Son variaciones en la órbita de la Tierra que afectan la cantidad de radiación solar que recibe el planeta. Se dividen en tres tipos principales: excentricidad (cada ~100.000 años): cambios en la forma de la órbita terrestre; oblicuidad (cada ~41.000 años): cambios en la inclinación del eje terrestre; precesión (cada ~26.000 años): "bamboleo" del eje terrestre. Estos ciclos explican la alternancia entre períodos glaciares e interglaciares durante los últimos 2,5 millones de años.

[3] Cada ~11 años, la actividad del Sol varía, lo que afecta la cantidad de radiación solar que llega a la Tierra. Durante períodos de alta actividad solar (máximos solares), hay más manchas solares y mayor emisión de energía. Durante mínimos solares, la radiación disminuye.

[4] Los océanos regulan el clima mediante ciclos de circulación de calor y agua. Los más conocidos son: El Niño: Calienta el océano Pacífico ecuatorial, causando eventos climáticos extremos (sequías, inundaciones, aumento de temperatura global). La Niña: Enfría el océano Pacífico ecuatorial, con efectos climáticos opuestos a El Niño.
Otros ciclos como la Oscilación del Atlántico Norte (NAO) y la Oscilación Decadal del Pacífico (PDO) también influyen en el clima a escala regional.

[5] Las grandes erupciones volcánicas pueden afectar el clima en dos sentidos: Enfriamiento temporal: La inyección de aerosoles (como el dióxido de azufre) en la atmósfera refleja la luz solar, reduciendo la temperatura global (ejemplo: la erupción del Monte Tambora en 1815 causó "el año sin verano"). Calentamiento a largo plazo: La liberación de CO₂ en erupciones sostenidas contribuye al efecto invernadero (aunque en mucho menor escala que la quema de combustibles fósiles).

[6] La velocidad y magnitud del aumento de temperatura en las últimas décadas no tienen precedentes en los últimos cientos de miles de años, al menos desde el período interglacial Eemiense, hace aproximadamente 125.000 años.

[7] Our World in Data es un sitio web es una iniciativa de la Universidad de Oxford. Los datos presentados en el sitio web provienen de una variedad de fuentes confiables, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otras organizaciones internacionales.

[8] El IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change) es un organismo de la ONU creado en 1988 por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Su objetivo es evaluar de manera científica el cambio climático, sus impactos, riesgos y posibles estrategias de mitigación y adaptación.

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